Volviendo a mis escondites más flojeras y ñoños hoy vengo con lo último de los Panic! At The Disco, o cuanto menos con lo poco que queda de ellos, venidos a dúo después de la desbandada colectiva una vez comprobado el batacazo comercial que se dieron con su anterior redondo. El vocalista Brandon Urie y su inseparable batera Spencer Smith son los únicos artífices que figuran en los créditos de este delicioso, aunque sea tan sólo por unas semanitas, Vices & Virtues.
Sin querer volver a los experimentos beatleianos de su anterior álbum y una vez pasada la excitación de la puvertad los nuevos Panic!, quiénes han decido recuperar su gracioso signo de admiración para su actual encarnación, han querido tirar por la vía rápida y parir un discazo lleno de hitazos chiclosos capaces de enternecer a una jauría de lobos hambrientos poniéndolos a bailar como nenazas al ritmo de pepinazos de la talla de Hurricane, uno de los momentos álgidos del disco.
Sin complicarse demasiado la cosa y asumiendo desde un principio que estamos ante una obra de consumo rápido y voraz hay que admitir que éste Vices & Virtues goza de una agradable frescura gracias sobretodo a la recuperación de esos ritmazos futuristas de teclados bailables a la vez que conserva la clase y el nivel compositivo expuesto en su incomprendido segundo disco del que han aprendido a sonar como verdaderos músicos y no simplemente como un paquete sonoro atractivo. Encontrando un equilibrio casi perfecto entre su faceta más bailable y su otra más seria y melódica P!ATD nos presentan un disco lleno de armonías impresionantes y momentos de épica desatada coreables hasta la saciedad envolviéndolo todo en una delicada y fina atmósfera de pop meloso (o incluso empalagoso para algunos) que funciona a las mil maravillas.
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