Volvemos a la senda de la luz y el positivismo por derecho de la mano de una banda practicante de un estilo al que sin tenerle ningún tipo de devoción por mi parte se me hace difícil resistirme cuándo estamos hablando de ésta banda asturiana veterana de la escena metal estatal. Es curioso pero mi historia con los Warcry nació hace tan sólo tres años cuándo sacaron su anterior Revolución coincidiendo de pleno con el nacimiento de mi hija Noa y acompañándome inseparablemente en uno de los momentos más importantes de mi vida creando un vínculo que, desde entonces, es inquebrantable y por el que de nuevo vuelvo a disfrutar al máximo de este sorprendente Alfa, su octavo disco de estudio.
La banda liderada por el afable Víctor García, poseedor de un chorro de voz único e inconfundible en el estado español, ha querido darle una decidida vuelta de tuerca a su trillado estilo dotando a sus canciones de un especial protagonismo por parte de los teclados, algo a lo que muchos le encontraran sus pegas yo tengo que decir que me ha parecido ese punto aún más chicloso que le faltaba a su música para acercarse todavía más a las melodías pop que tan bien les sientan pasadas siempre y con gran acierto por el colador metálico de los Warcry.
Sencillos, directos y poseedores de una fuerza y una pegada inmediata sus composiciones respiran frescura y épica desatada por los cuatro costados, sabedores de sus virtudes y aprovechándolas al máximo tanto en las baladas más melosas y empalagosas como en las cabalgantes composiciones deudoras del mejor power metal. Pero quizás dónde mejor se luzcan los Warcry sea en esos impresionantes medios tiempos deudores del mejor hard rock de los 80 sorpendendiendo sin complejos. Su innata capacidad para seguir grabando a fuego esos pegajosos estribillos que con tanta facilidad son capaces de clavar estos metaleros con alma de buenas gentes sigue siendo uno de sus fuertes pero estoy seguro que el considerable cambio mostrado en este Alfa por estos asturianos amados y odiados a partes iguales no va a dejar indiferente a ninguno de sus seguidores.
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