Seguimos en el lado salvaje del sonido, no lo dejamos, lo prometido es deuda y, como ya dije hace unos días, la bestia ha despertado y los Kongh son la prueba más irrefutable de lo que digo. El dúo sueco formado por David Johansson, quien se encarga de las guitarras, el bajo y las vocales, y Tomas Salonen, el cual está escudado tras los bombos y los platos, ha firmado su tercer disco de estudio y, por descontado, su mayor esfuerzo hasta la fecha.
No voy a decir que el mejor, ya que habrá muchos que prefieran a los Kongh de sus primeros discos, pero es innegable que el salto cualitativo que ha dado la banda en este Sole Creation es más que evidente. Enfundados desde siempre en la piel del sludge más demoledor y pesado, las trazas de doom también han estado siempre ahí, su última obra se abre de manera exponencial al progresivo y a la psicodelia par dejarnos un disco que, sin lugar a dudas, habrá que tener en cuenta en el conteo final del año.
Dejando a un lado el total acierto de combinar prácticamente al 50% las voces guturales y las limpias hemos de decir que, con un diseño de portada que tira de espaldas, una actitud épica y grandilocuente como pocas, un sonido absolutamente aplastante y una producción tan rugosa, arenosa y oscura que asusta, a cargo del gran Magnus Lindberg de los ayer reseñados aquí Cult Of Luna, el paquete de 4 canciones extendidas en 45 minutos que Kongh nos presentá aquí es de una calidad y una capacidad destructiva digna de una bomba de Napalm.