martes, 3 de septiembre de 2013

SATYRICON (2013) Satyricon

Que los Satyricon se pasaron por el forro de los cojones el estilo que los vio nacer en un punto de su carrera, es un hecho tan contrastado como que los cuervos vuelan, creo que en eso estamos todos de acuerdo. Su acepción de black n' roll se ha ido desarrollando de una manera bastante natural y correcta, aunque en su momento muchos fans se apearon del carro es bien cierto que también abrieron bastante su radio de acción y consiguienron una nueva y más basta base de fans que en el pasado.

 

Discos como Volcano, Now Diabolical o el anterior The Age Of Nero no hacían más que incidir en la formación y transformación de su personal amasijo de música extrema en el que el rock y el black se dan la mano, pero ha llegado un nuevo momento para Satyr y Frost y la prueba de ello es este autotiluado nuevo disco del dúo más apartado de la escena noruega, una nueva etapa comienza, y que mejor que hacerlo con un disco homónimo.

 

Está claro que tanto Satyr como Frost son dos músicos a los que les gusta probar y experimentar dentro de sus límites, los cuales van variando en función de la evolución de la banda, y una de las acciones más inequívocas de la banda para demostrar ese afán de búsqueda y mutación en este nuevo disco, es la absoluta libertad de ideas. A mi parecer, su evolución, tiene un paralelismo con el de Darkthrone muy evidente.

 

Hay que darle una oportunidad al disco, estamos ante otro grower de manual, pero incluso con las primeras escuchas ya se vislumbran las negras estrellas en las que se van a convertir temones tan bien paridos como Tro Og Kraft, Phenix o Negrohaven. Voces limpias, composiciones enfundadas en siniestras melodías eternas, arreglos clarividentes, sombras estudiadamente iluminadas, amargor, dulzura. Para mi, una nueva maravilla más de Satyricon, pero tengo claro que esto va a dividir aún más a sus fans.

1 comentario:

  1. Primera escucha y ando desconcertado. A veces me da la impresión de que Frost se ha ido al bar y ha dejado a su primo tocando la batería de la forma menos imaginativa posible. Los tempos lentos, uno detrás de otro, me cansan. Sigo esperando un arrebato de furia que no llega. Y la voz limpia todavía no sé si me horroriza. Sin embargo, intuyo que el disco tiene algo de magia y que necesita muchas escuchas para valorar si es una cagada o una genialidad...

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