Una de las personalidades más activas del panorama alternativo americano, con más solera de lo que muchos se imaginan, hacedor y colaborador en infinidad de discos importantes de la historia moderna del rock y capaz de materializarse en tantos proyectos diferentes que al final llega uno a perderse, aquí tenemos de nuevo a la Mark Lanegan Band. Formada nada menos qué por el propio Lanegan, Homme de los Queens y Dulli de los Afghan Wings, dos de los mejores amigos de Lanegan con los que ha colaborado y formado alguno de esos incontables proyectos en los que ha trabajado hasta ahora, su función es la de plasmar el momento y las inquietudes de un Lanegan libre de ataduras dispuesto a hacer un disco por el simple placer de hacerlo sin tener que estar ligado a ninguna etiqueta en concreto ni ningún estilo específico, siendo simple y llanamente, Mark Lanegan.
Lo que más me gusta de Lanegan es su incontestable capacidad para trabajar, tanto para él como los demás, sin perder jamás su identidad y acomodándose cual camaleón a cualquier situación o estilo al que se atreva adentrarse impregnándolo todo con su fuerte esencia y su impagable personalidad. Algunos se darán de bruces con alguna que otra base sintetizada sobre las que se atreve Mark sin complejo ninguno, pero como ya he dicho anteriormente, lo de este hombre es llegar y besar el Santo, tan sólo con poner sus dotes al servicio de la música, cualquiera que ésta sea, todo cobra un sentido literalmente artístico y revelador llevándose a su terreno, desde el folk oscuro que representa en Leviathan hasta el techno-pop casi festivo con el que nos deleita en Harborview Hospital, cualquier estilo sin despeinarse.
Pasando por todas las facetas musicales habidas en su largo historial, e incluso representándose en otras hasta ahora desconocidas por el artista, Lanegan vuelve a rubricar un disco que nos emociona de principio a fin, sin importar las formas ni las maneras, simplemente descubriendo otra vez más que Lanegan es uno de los mejores y más importantes compositores de su generación a la vez que uno de los intérpretes con mayor personalidad y estilo de los últimos 25 años. Grande Lanegan, muy grande, Lanegan es Dios!!!.
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