Este va dedicado personalmente a mi colega Dalia Negra, thrasher de los de la cuna a la tumba, si no los conoce va a disfrutar como un enano, y si los conoce se le dibujará una sonrisa cómplice en su cara recordando a ésta bestia salvaje del thrash metal de New Jersey llamados Blood Feast. Injustos olvidados y normalmente obviados por la mayoría de nuevas hornadas en cuanto a referencias se refiere éste entonces quinteto de Bayonne nos dejó en 1987 uno de los debuts más despiadados, urgentes y demoledores de la hornada thrash americana de finales de los 80.
Sin ser el momento para inventar nada, el thrash ya corría como la pólvora desde hacía años por todo el mundo, Blood Feast consiguieron coger la veloz y descarnada fórmula de sus compatriotas Slayer y Dark Angel y mezclarlo con la oscuridad y peligrosidad que respiraban bandas como Destruction o Kreator por la parte Europea. Su debut, Kill For Pleasure, puede no tener la mejor producción del mundo, aunque hay que admitir que aún con sus fallas no ha perdido parte de ese encanto pútrido y siniestro que respira el disco de principio a fin, pero si nos tenemos que guiar por la calidad y la dedicación al estilo Kill For Pleasure puede mirar de frente a muchos de los grandes discos del género.
Las grandes dotes de su vocalista y la impresionante técnica de su batería ponen a la banda a un nivel estrotosférico, las dos guitarras se duelan como velocistas extremos para ver quien la lía más parda y su bajista cabalga las composiciones como si de un jockey profesional se tratase. Un debut que necesita ser puesto al lado de discos tan imprescindibles como los de la famosa The Big Four, con eso lo digo todo.
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