Siento volver a las mías pero hoy por hoy es el único estilo al que le encuentro emoción y ganas, el sucio metal corre mis venas sin parar, después de analizar varios disco de indie, pop, rock y demás memeces remilgadas, finalmente, y por suerte, me he visto disfrutando todo el fin de semana de lo nuevo de los Rhino y lo último de los Napalm como un poseso, un dato más que evidente de qué poco hay que rascar fuera del ámbito metálico, cuanto menos en lo qué llevamos de año, en un 2012 en el qué las únicas alegrías que he encontrado, salvo en contadas ocasiones, ha sido de la mano del sucio metal.
Encumbrados a la categoría de intocables e indomables el trío vasco Horn Of The Rhino vuelve a la palestra dispuesto a despedazarte y triturarte a base de bien con su nueva bestia parda en forma de disco llamado Grengus. Poseedores de un estilo tan cambiante como propio a la vez, Grengus se erige como un descomunal monumento a la oscuridad en el que los Horn Of The Rhino han sabido conjugar a la perfección la experiencia de los años junto con las múltiples facetas que han ido adaptando en sus anteriores discos consiguiendo un cuerpo mucho más robusto y musculado, a la vez que moldeable, resultando en su disco más bruto y despiadado hasta la fecha y, por qué no decirlo, el mejor también.
Con un Javi adoptando el registro que la sale de las narices en cada momento clavando las vocales a la perfección con las diferentes atmósferas que envuelven a los temas, la lentorra Brought Back o la desalmada Pile Of Severed Heads son dos caras de misma moneda y dos claros ejemplos de a lo qué me refiero, el disco se entiende como una entidad completa e indivisible a la qué hay que enfrentarse con arma y armadura para no salir magulaldo de tan atronadora y brutal descarga sonora a la que nos someten sin compasión los indestructibles Horn Of The Rhino.
ALL HAIL THE RHINO!!!
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