Volvemos a nuestros adorados Morbid Angel retrocediendo en el tiempo hasta el año 1998, momento en el cual los de Azagthoth se encontraban en una de sus mayores encrucijadas profesionales, la despedida de David Vincent como vocalista y bajista original de la banda y la creación por parte de Erik Rutan de sus impagables Hate Eternal, dato qué lo mantuvo alejado de la grabación de este infame Formulas Fatal To The Flesh, nombrado tres veces con la sexta letra del abecedario para enfatizar su carácter demoníaco, dejaron a la banda prácticamente huérfana. Fue entonces cuando Trey y Pete decidieron contratar al desconocido Steve Tucker para ejercer las tareas de berreador y golpeador de bajos en el que posiblemente sea el disco más sofisticado, técnico, complejo y sádico de todos los que ha facturado la banda en su larga historia.
Volviendo al contundente formato de trío y bajo unas composiciones firmadas enteramente por el maestro Azagthoth, el cual se encarga también de las místicas y satánicas líricas, de los épicos arreglos y, como no, de la áspera y angulosa producción también, éste FFTTF confirma una vez la incalculable grandeza del gerifante TreyAzagthoth. Volcado al máximo en la recuperación de la banda y empeñado en contruir el disco más excesivo y conceptual de la banda Trey volvió a construir siniestros y enigmátcios interludios de corte clásico dándole al disco ese punto atmósferico y sofisticado qué tan bien le sienta a los Morbid Angel engrandeciendo la ya de por sí enorme entidad que representan.
Con unos patrones de batería y unas guturales que rayan el brutal death metal, hay que decir que Steve Tucker está sobradamente a la altura de las circunstancias sin hacer que se heche de menos lo más mínimo al grandioso David Vincent, y unas estructuras de guitarra con inunemerables e imposibles cambios de ritmo, afilados solos rebanapescuezos y una calidad exultante en unos riffs que son capaces de seccionarte en pequeños pedacitoshasta no dejar absolutmanete nada de ti, el Formulas Fatal To The Flesh se alza nada menos que como mi tercer favorito de la banda y, bajo mi punto de vista, la última gran obra maestra facturada por los de Tampa.
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