Espero que sea el último, se me empiezan a echar al cuello, pero al aprecer la fiebre del metal me ha invadido y no puedo parar, además de que entre la semana pasada y esta han ido cayendo algunas de las joyas más gordas del año, pero no podía dejar pasar la oportunidad de comentar lo nuevo de este cuarteto de Rodhe Island llamados Howl, de nuevo puesto en las calles gracias a la enorme Relapse Records con quien también firmaron su debut.
Todavía no entiendo como un disco grabado a principios del pasado año, en los estudios Planet Z y producido por el gran Chris "Zeuss" Harris, ha acabado saliendo más de un año después de su finalizadción. Después de un debut que dejó los cimientos de mi casa realmente tocados, Full Of Hell es uno de los debuts más conduntes que una banda de metal pueda desear, aquí tenemos a su nuevo hijo bastardo llamado Bloodlines dispuesto a barrer de un plumazo ese imponente debut.
Basando claramente sus composicones en los riffs incontestables, su batería de ritmos de guitarra es realmente envidiable e inagotable, saben como conjugar a la perfección la brutalidad del sludge, la pesadez del doom y el groove del stoner para facturar un disco que se convierte en un viaje oscuro, sórdido, sanguinario y, a la vez, accesible y disfrutable como pocos, durante el que, ya sea a base de contundencia demoniáca, aplasamiento vertebral o apisonadoras infernales, no podrás escapar de su furia y de su rabia hasta que este Bloodlines llegue a su final.
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