Era de obligado cumplimiento el rendirle un más que merecido homenaje póstumo a uno de los guitarras más duros y creativos que ha parido el metal extremo desde que el término se acuñó. Jeff Hanneman nos ha dejado después de una dura batalla contra la toxina que dejó en su sangre una araña que le picó en el brazo en uno de sus viajes. Una desgracia que ha tenido a Jeff apartado desde hace años de sus queridos Slayer y que al final lo ha arrancado del mundo mortal para formar parte de ese Olimpo de Dioses de la guitarra.
Se me hace muy difícil escoger un sólo disco que represente el referencial e influyente trabajo de este maestro a la guitarra, y todavía más contando que toda su andadura ha sido a lomos de esa bestia parda llamada Slayer a la cual pocas batallas perdidas podemos asignarle, pero creo que el más simbólico para este caso, aunque si algún sitio a ido Jeff seguro que al cielo no ha sido, es el South Of Heaven del 88 publicado por la Def Jam.
El cuarto disco del cuarteto formado por Tom, Kerry, Dave y Jeff, acto seguido del pepinazo extremo del Reign In Blood, era un disco mucho más trabajado en estructuras, mucho más limpio en sonido y, por consiguiente, un escalón más arriba en la calidad y la profesionalidad del combo. De ahora en adelante ya nada será igual, no creo que los Slayer puedan levantar cabeza sin Jeff, incluso con él ya hubieron algunos discos más flojos. Veremos que sacamos del inminente nuevo disco que tiene que publicar la banda, pero mis esperanzas se han esfumado con la muerte de Jeff. La comunidad del metal vuelve a teñirse de negro.
La picadura de araña nada tuvo que ver con su muerte. Fue por problemas con su hígado. Saludos.
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