martes, 21 de mayo de 2013

THE DOORS (1967) The Doors


Hoy debería ser la noche de la fiesta, la noche en que comienza la semana del Primavera Sound, una semana que, a priori, no puede ser empañada por ninguna mala vibración que circule por el ambiente. Pero, sin que sirva de precedente, esta vez la alegría se ha tornado en tristeza al saber hoy mismo que el gran Ray Manzarek, teclista de los insuperables The Doors, ha sucumbido finalmente a su odioso cáncer.

 

La pérdida de una personalidad importante del mundo del rock siempre es un shock, pero en mi caso, y con Ray, es algo más. Son horas y horas compartidas, emociones, momentos, mi vida. The Doors son la banda de mi vida y la banda sonora de mi vida, la que me lo enseñó todo, la que, gracias a ella, soy lo que soy en el plano musical de mi vida, un apasionado de todas las formas musicales. A día de hoy no podría concebir la música sin su aportación, pero sobre todos, Ray era el que más mérito tenía, puede que el carisma fuera de Jim, pero el cerebro y la calidad, venían servidos en una misma persona cuando se trataba de Ray. 

 

Suplantar con tu teclado el bajo de una formación es cuanto menos arriesgado, pero si además es quien lleva la voz cantante en el apartado instrumental, la cosa ya se pone prácticamente imposible. Hasta el momento no hay ninguna banda que haya hecho lo mismo que ellos, nadie, y los pocos que se les han acercado, han planteado de manera muy difente el tema de los teclados. Nadie es comparable a Ray, nadie, su innata habilidad para dotar al blues de molodías pop de lo más infecciosas no tiene parangón y los discos de The Doors siguen ahí como testigo inequívoco de mis afirmaciones. A tu salud RAY!!!

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