Y, como se suele decir, no hay mal que por bien no venga, la web del Primavera Sound ha anunciado que la banda de Mark Oliver Everett, los deliciosos Eels, no podrán actuar en el parc del Fòrum tal y como estaba programado. Una pena, no lo vamos a negar, pero tampoco vamos a negar que la sustituta que le han buscado, al menos para mi, hace ganar enteros al Festival y se convierte en una de esas susituciones que supera con creces al sustituído.
La alegría me embarga, se me pone el corazón en un puño, me emociono sobremanera. Tori Amos es una de mis musas favoritas quien, desde princpios de los noventa con ese debutazo llamado Little Earthquakes, me conquistó al instante con esa extremada delicadeza para la composición, sus magistrales dotes al piano y esa voz dulce y atrayente que acabado por convertirla en una musa atemporal del pop-rock sin etiquetas. Una espina más que me voy a poder sacar en este Primavera que, sumada a la de Brand New, os puedo que no quepo dentro mi de lo feliz que estoy.
Comenzando su carrera con un claro decantamiento por el pop y el rock atemporal de aire clásico, su vida musical la ha llevado por todo tipo de caminos alternativos en los que la electrónica y la música clásica han tenido su parte de protagonismo, de la misma manera que lo han tenido los discos conceptuales o incluso los de versiones, para finalmente volver a sus orígenes en este Unrepentant Geraldines. Su catorceavo disco de estudio.
Un disco compuesto desde la intimidad, casi desde el secretismo. Amos quería volver a experimentar la composición desde su único punto de vista, como en sus inicios, sin la adulteración que produce componer en grupo, en el estudio, con más músicos. De esa intimidad, nace un disco que mira de frente a sus primeras obras y se ve reflejada en posteriores maravillas como el magistral Scarlet's Walk o el imprescindible American Doll Posse, bajo mi punto de vista, la faceta en la que más aciertos se ha marcado la Amos sin menospreciar ninguna de sus otras encarnaciones.