miércoles, 28 de enero de 2015

TOUNDRA (2015) IV


Disco de cambio para el cuarteto madrileño, ya no tanto en sus formas sino más bien es sus interioridades. Víctor García-Tapia, miembro fundador, dejó la banda para dejar paso a Macón de Adrift, quien  ha sido el encargado de la segunda guitarra de Toundra para este IV. Además, el sello que los impulsó desde el underground a un escalafón superior siendo la banda de rock instrumental más laureada del país y consiguiendo girar por Europa gracias a las conexiones de Aloud, les dice adios para ser bienvenido por el sello alemán, con sede también en Inglaterra y USA, Superball Music. Una nueva etapa para Toundra de la que estoy seguro disfrutarán tanto como con la de Aloud.

 

Compartiendo la misma esencia para el diseño del packaging que es sus dos discos anteriores, Chelsea Green es de nuevo la autora del fantabuloso art-work, conservando esa manía de nombrar a las canciones con títulos de una sóla palabra tan enigmáticos como Strelka, Qarcom o Kitsune, volviendo a hacer la correlación numérica en equivalencia romana para bautizar a su cuarto disco de estudio y utilizando de nuevo la magia obrada por los hermanos García, Víctor y Santi, entre las cuatro paredes del sacrosanto Ultramarinos Costa Brava, lo de estos dos hermanos ha llegado a un punto en el que han superado con creces cualquiera de mis sueños musicales más húmedos, Toundra siguen marcando el camino, a años luz del resto de bandas nacionales del estilo, continuando su infinita búsqueda de la perfección instrumental llegando, en este IV, a prácticamente rozarla con la punta de los dedos.

 

Siendo egoísta, espero que nunca lleguen a alcanzarla ya que de eso significará que siempre se superarán a si mismos en un bucle infinito de crecimiento y valor musical nunca antes alcanzado en el estilo. Algo que ya les está ocurriendo con cada nuevo disco que publican, cuando pensamos que ya habían tocado techo, vuelven a volarnos todas las expectativas por los aires con un disco superior a cada nueva entrega. Uno de los grandes logros de este IV ha sido la inclusión de Macón enriqueciendo a la banda con una variación en las melodías y ritmos de guitarra nunca antes experiementada con Víctor. Su impresionante versatilidad y la amplia paleta de texturas emocionales que es capaz de sacarle a su guitarra han hecho de Toundra una banda mucho más flexible y compleja creciendo de manera ascendente y considerable en la composición. 

 

Sin duda estamos ante el disco más anguloso, ambiental y menos accesible del cuarteto de Madrid. IV es un disco que juega aún más con los claroscuros buscando siempre el sendero más sinuoso e inexplorado, un sendero que los lleva por extraños caminos en los que la experimentación ambiental se convierte en una de las armas más poderosas y remarcables del disco. En el apartado de apoyo instrumental nos encontramos con todo tipo de instrumentos, teclados, theremín, steel guitar, percusiones, violín, chelo, trompetas, trombón y tuba. Una selección musical que se hace más evidente en algún tema que otro, elevando la calidad instrumental y la musicalidad hasta cotas excelsas. 

 

IV suena más novedoso, más misterioso y más enigmático que nunca. Su carácter etéreo y volátil contrasta sobremanera con los pasajes más contundentes y rítmicos, una sensación que se va acrecentando a medida que se van sucediendo los temas de esta incomnesurable maravilla sonora. Iniciado con una preciosa tranquilidad, desarrollado con una evolución musical claramente vitalista y aventurera, y finalizado dentro de un marco altamente rítmico y musculado, IV es uno de eso viajes únicos e incomparables en los que tu cuerpo y tu mente pasan a un plano existencial en el que tan sólo la música y sus emociones importan convirtiéndose, durante esos momentos, en en tu único y necesario sustento vital.

 

Solamente me queda decir, como queja-pataleta, que todavía no han incluído su último disco para escuchar libremente en su bandcamp, esto con Aloud no pasaba, es algo que siempre han hecho y deberían seguir haciendo, aunque supongo que eso lo decide la discográfica y no ellos. El disco ya está a la venta y es la primera vez que utilizan una carpeta gatefold para el packaging y además la cara D es un etching (dibujo grabado en el vinilo) inspirado en el art-work del disco. Una maravilla de edición a la altura de su contenido. Por cierto, este Viernes estarán en Barcelona presentando este brutal IV, yo no me los pierdo.

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