Ya sé que ayer comenté lo de subir el disco de Erykah Badu pero de nuevo me he vuelto a encontrar con otra joyaca de esas imperdibles y me he visto obligado a posponer el disco de Erykah una vez más, a lo mejor mañana quién sabe, dependerá mucho de lo que éste nuevo día musical me depare. De todas maneras, aunque sin separarnos del todo de la oscuridad, podéis respirar tranquilos los que estén hartos de metal porqué la cosa se presenta mucho más refrescante que cuatro riffs memorables y las típicas y terroríficas voces de ultratumba del metal extremo. Ya lo anuncié hace varios días en el Facebook con su single de adelanto llamado Murder Weapon, un tema inspirado en un éxito dancehall de los 90 firmado por Echo Minott, en el que Franky Riley, vocalista con la que lleva girando alrededor de 2 años, y el propio Tricky nos deleitan con su registro roto el uno y dulce y delicado el de ella. Un temazo que ponía sobre aviso a los seguidores del artista inglés que empezaron a afilar sus cuchillos con la noticia de un nuevo disco de ésta béstia parda.
La susurrantes y oscuras vocales del maestro Tricky se vuelven a envolver de todo tipo de sonoridades internacionales, sus influencias pasan por varias nacionalidades a las que se siente fuertemente apegado estando representadas sobretodo por sus raíces inglesas, su devoción por la música jamaicana, los sonidos ancestrales de sus antepasados africanos y la cultura urbana francesa. Todo ello confluye en su música de manera natural y personal sin desentonar en ningún momento gracias a la perfecta destilación que hace de esas influencias, lo dicho un auténtico maestro.
Según sus propias palabras éste es el disco más directo, sencillo y fácil de digerir que ha hecho éste revolucionario artista hasta la fecha. Su nueva residencia, ubicada en Paris desde hace 2 años, ha hecho que el disco se grabe allí con músicos de allí aunque de nuevo ha salido editado bajo el referencial sello inglés Domino Records como viene siendo habitual en sus útimos trabajos. Si ya en el angterior Knowle West Boy Tricky se nos presentaba bajo una nueva y más positiva faceta aquí todavía ha explotado más esa nueva actitud logrando condensar sus diez canciones en un minutaje final que no llega ni a los 30 minutos, algo que en princpio puede parecer un poco extraño e incluso insuficiente para un artista de su talla se convierte en la mejor baza del disco junto con toda la escuderia de colaboradores que ha conseguido para el mismo.
Entrando en materia de colaboraciones el disco consta de varios músicos que el propio artista se preocupó de buscar por las calles de Paris, hay incluso un saxofonista que tocaba en la calle de al lado del estudio dónde se grabó el disco y sin pensárselo dos veces fue el mismo Tricky quién le propuso grabar junto a él, así de natural y sin ningún tipo de pretensiones el redondo está impregnado de esa pasión y ganas que trasnmite la gente real. Otros de los colaboradores en el redondo son Terry Lynn, Bobby Gillespie (Primal Scream), Hakim Hamadouche, Blackman, y Marlon Thaws el más pequeño de los 13 hermanos que tiene el artista. Como yo no puedo ser objetivo prefiero que seáis vosotros mismos los que juzguéis lo nuevo del chico de oro de Bristol...