Reconociendo de antemano que la escena portuguesa extrema tiene muy poco que ofrecer en comparación al glorioso despliegue de los franceses, los americanos o los noruegos, por nombrar algunos, hay que admitir que el notable trabajo que este esporádico portugués lleva ejerciendo desde las tinieblas por el black metal durante los 13 años de historia que suma ya su carrera es digno de reconocimiento. Nocturnus Horrendus no entregaba un disco largo desde el memorable Rising del 2007 al que tan sólo le sigió un tímido goteo de sangre en su breve Ep del 2008 llamado Carving A Pyramid Of Thoughts, ahora después de los cuatro años de espera finalmente podemos pasar el merecido miedo bajo los designios de este irrefrenable Luciferian Frequencies.
Revolviendo como siempre entre las enseñazas del Señor Oscuro, al que le debemos gran parte de la inspiración del 90 por ciento de los combos blackeros, Nocturnus construye un disco en el que impera la maldad y la desesperación haciéndote sentir la oscuridad y el temor hasta en la última fibra de tu cuerpo. Apoyado en una muy acertada producción crujiente y limpia a la vez, algo que hay que remarcar después de que sus anteriores porducciones no le hicieran la justicia merecida, ha conseguido dar con un sonido propio y diferenciador que nos revela a estos mejorados y ampliados Corpus Christii como una de las bandas referenciales del estilo.
Sin que haya dejado de lado la grabación y la composición enteramente ejecutada por él, algo que le ha funcionado a la perfección desde sus inicios, para la ocasión ha decidido contar con sus dos guitarristas actuales, la banda ensaya en conjunto pero los discos los compone él en solitario, quiénes bajo la tutela del gran Nocturnus han sabido aportar su incalculable sabiduría para convertir el disco en el mejor de los portugueses hasta la fecha oxigenándolo y retorciéndolo hasta exprimir al máximo la inequívoca esencia de lo maligno. Discazo incontestable.
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