Seguimos moviéndonos dentro de los parámetros de la cultura hip hop viajando directamente al mismísimo corazón de la soleada California, cuna de leyendas vivas del rap como Snoop Dog o Dr. Dre, para descubrir uno de los mayores valores en alza del rap yanky. Personalizado en la joven figura de Kendrick Lamar, que desde los suburbios del duro Compton ha conseguido facturar uno de los discos más suaves y originales del año, su intención es hacerse un hueco dentro de los designios del insuperable Kanye West y el cada vez más flojo Lupe Fiasco y lo hace sobradamente poniendo su nombre en el mapa con mayúsculas gracias a este impresioanante Section 80.
Deshojando todo un sinfín de influencias que van desde el soul hasta los sonidos más actuales sus cerebrales rimas colisionan frontalmente con una actitud claramente de barrio insuflando el concepto de street-life a sus versos a la vez que reformula los ritmos imponiéndose la versatilidad y la esperanza contra la monotonía y la crudeza tan arraigada en el famoso barrio del que proviene. Recordermos que el barrio se hizo famoso gracias a los controvertidos N.W.A., uno de los primeros combos de rap en ser catalogados como hardcore por sus duras y directas críticas contra la sociedad y el estado.
Pero como ya he dicho Kendrick Lamar ha obviado la mayoría de las influencias más cercanas fijando su punto de mira en un público mucho más amplio. Lamar ha llegado para crear su propio universo y decir su verdad con una fuerza y una garra que ya querrían muchas de las viejas glorias facturar un disco la mitad de bueno que este imparable Section 80. Otra de las grandes sopresas que esconde el disco es la gran cantidad de productores prácticamente desconocidos que firman unos beats que saben captar a la perfección esa atractiva rareza que destila el estilo de Lamar, -Ya'll be calling it hip-hop, I be calling it hip-notize...-
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