Blouse son un trío de la costa oeste americana que después de presentar varios singles, aprovechados en este su debut autotitulado bajo el sello de Brooklyn en auge llamado Captured Tracks, que han conseguido captar mi atención a la primera escuha, tengo que admitir que gran parte del encanto que me atrajo hasta ellos viene precedido por su llamativo nombre, enturbiando y adormeciendo mis neuronas a placer con su elegante y a la vez descarada mezcla de dream-pop oscuro y electro-pop ochentero bajo un sucio sonido lo-fi que los envuelve en un halo de misterio y demencia casi precioso que o te encanta o lo odias desde el primer momento.
Las ensoñaciones vocales a las que nos somete la preciosa Charlie Hilton tienen la hipnotizante capacidad de sumirte en un profundo estado de embriaguez sonora del que nunca querrás salir y que por supuesto se convierten en la mayor arma de estos relucientes Blouse. Melancólicamente acompañada por un pasaje sonoro del que ya estamos prácticamente hastiados de la cantidad de bandas que se han ido aderiendo a esta muy rentable corriente del revival ochentero se las saben manejar a la pefección para no sonar a repetición sobre repetición y eso siempre es de agradecer.
Si que es verdad que ecos, en la lejanía, de Cocteau Twins o los más actuales The Antlers resuenan en sus composiciones de la misma manera que el inspiracional John Hughes, director de infinidad de dramas y comedias teenager durante la década de los 80 y que ellos mismo han citado como influencia directa en sus letras, son presencias más que evidentes en sus canciones pero gracias a la personalidad al micro de Charlie y la capacidad de sorprender de sus compañeros de fatigas hacen de este Blouse un auténtico diamante en bruto.
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