Hoy tenía dos discos en la recámara para subir, uno era el primer largo, finalmente, de los joviales Walk Off The Earth, un subidón de azúcar de los gordos en toda regla, y por otra parte, el segundo largo de los belgas Oathbreaker, una de las bandas más interesantes que irrumpió en la escena extrema con esa patada en el estómago, con toda la mala hostia posible, llamada Malestrom. Estabábamos deseando volver a encontrarnos con ellos para recibir otra buena paliza de hardcore bien armado de brutalidad y bañado en su particular poso black, cada vez más evidente.
El elegido ha sido el de Outhbreaker, como podéis comprobar, porque era el disco que más se ajustaba a mis sentimientos de hoy. Kurt Ballou está en la casa, creo que solamente con eso ya tienes suficientes garantías para pegarle una escucha a la banda si es que no lo hiciste con su inconmensurable debut. Deathwish Inc. son los que lo ponen en la calle, otra garantía más, y, sobretodo, el poderío, la intensidad y la pasión con la que los Oathbreaker interpretan sus composiciones, son razones sobradamente de peso para convertir esto en uno de los mejores discos del año.
Enfrentarse a este Eros/Anteros es algo así como mirar cara a cara a una catarsis personal a través de la música. Desolación, traída de su vertiente más black, es una de las palabras que más se le pueden aplicar como concepto al disco, pero la rabia, la furia y la pasión desatada que les da su infranqueable carácter hardcore, es el auténtico motor que los impulsa. De nuevo su vocalista realiza un trabajo impecable al micro, lo de esta mujer mejora en cada disco, y la creatividad y la química que desprende la banda es incluso mejor que en su debut.
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