He de admitir que tanto el metalcore actual como el deathcore no son santos de mi devoción, aunque mi gusto por el estilo pasa por bandas como Carnifex, The Black Dahlia Murder o alguna cosa de los primeros Emmure, no me considero nada apegado al estilo. Digo esto porque a los IWABO se les mete dentro de esa etiqueta, de la cual es innegable que llevan trazas, pero su caos musical también lleva, en cantidades incluso superiores, ingredientes del jazz, del pop, del avant-garde o incluso del mathcore, y eso es lo que realmente me impresiona de ellos, que son capaces de todo y más sin importarles nunca encajar o dejar de hacerlo en ninguna escena o etiqueta.
Uno de los mayores reveses que ha sufrido la banda fue sin duda la deserción de Krysta Cameron, su maternidad se interpuso en el curso profesional de su carrera, y aunque el repuesto encontrado inmediatamente en Courtney LaPlante, quien ya grabó el disco anterior y se pateó los escenarios con la banda antes incluso de grabarlo ya que Krysta dejó el tour del Ruining It For Everybody (2011) a medias, haya sido del todo favorable para la banda, mucho más versatil y dinámica en este nuevo Hail Mary, hay que decir que en su anterior redondo todavía se la echaba en falta.
Algo que, como ya he dicho, se ha visto mejorado considerablemente en este última entrega de la banda de Louisiana encontrando una nueva personalidad vocal en Courtney que aquí se atreve con absolutamente todos los registros, su escala de griterio y brutismo es realmente asombrosa, pero que también sabe hacer lo propio con las melodías y la sensualidad. Una auténtica máquina que consigue, después de este Hail Mary, despejar completamente la alargada sombra de Krysta y hacerse con el puesto de jefa absoluta sin discusión posible.
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