Mucho se había hablado de la reunión de estudio de la banda más famosa de hardcore sueca que haya existido jamás. Puede que sus discretos inicios con ese olvidable debut llamado This Just Might Be...The Turth no hicieran presagiar lo que se nos venía encima, una vorágine de cambio y experimentación dentro del estilo más allá de los límites de la imaginación, pero su segundo álbum de 1996, Songs To Fan The Flames Of Discontent, ya nos mostraba a una banda con una personalidad sólida e inquebrantable, pero lo logrado con su posterior The Shape Of Punk To Come de 1998 sobrepasó muy por encima todas las expectativas puestas en el combo de Umea.
Muchos años han pasado, y proyectos también sobre los que destacan notablemente los inclasificables The International Noise Conspiracy a los cuales hay ciertos guiños en este Freedom, desde sus últimas aventuras de estudio, aunque hay que decir que sus continuas giras de reunión los han mantenido en el candelero durante los últimos años, y finalmente, y bajo el amplio paraguas de la siempre atenta Epitaph Records, ha llegado a nuestras manos el cuarto álbum largo de la banda formada, en la actualidad, por Dennis Lyxzén, Davis Sanström, Kristofer Steen y Magnus Flagen que lleva por título Freedom. Un título que le va como anillo al dedo a la libertad estilística que practican los Refused en su nuevo artefacto sonoro.
Recogiendo el testigo dejado hace más de 15 años con el Shape Of Punk To Come pero sin necesidad de colgarse la etiqueta de trabajo continuista, Freedom luce por sus propios méritos y supura personalidad por los cuatro costados, Refused vuelve a demostrar que lo suyo es la deformación, la violación y la desmembración del estilo, para adaptarlo a sus formas, a sus ideas y a sus experimentaciones, únicas e intrasnferibles, consiguiendo, una vez más, un híbrido absolutamente revelador e inspirador capaz de volver a poner al punk-rock del revés y dejarlo descolocado durante otros 15 años más.
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