sábado, 20 de junio de 2015

SÓNAR 2015 (Viernes Noche)

Un año más, y de nuevo gracias a mi hermano postizo Àlex Sánchez, he podido disfrutar un día, en este caso ha sido la noche, del Festivla Electrónico por excelencia de Europa. Con una tarde de órdago a la que no pude asistir, todavía me arranco la cara de no haber visto a Katey Tempest, Kiasmos y Squarepusher, para mi tres de los momentos estelares de este año, conseguía resarcirme esa misma noche con una traca de lo más impresionante. Una traca tan gloriosa e irrepetible que quedará para los anales de la historia del Festival.

(A$AP ROCKY SONARClub 22.45)

Sin demasiada prisa por llegar y un comienzo de Festival algo tíbio, sobre las 22.40 me personaba en el SonarClub para disfrutar, por segunda vez, del rapero de Harlem Asap Rocky. Asap y sus colegas, que no eran pocos, varios mc's de acompañamiento, el dj pertinente, un guitarra y un par de seguratas en cada lateral del backstage, montaron una fiesta en toda regla, eso es innegable.  Personalmente, conecto poco con esta nueva vertiente del hip-hop, de la cual prácticamente todos los artistas que vi esa noche tiraban de ella, pero es indudable que en directo, con todo el efectismo del escenario, confetis y humo incluídos, y la soltura y el carisma que desprende Asap sobre las tablas, amenizaron mi introducción al Festival de manera cotundente. El momento porro enorme de Asap Rocky sobre las tablas del escenario fue de lo mejor.

(HUDSON MOHAWKE 23.30 SONARLab)

Y de un recinto cerrado, una de las descomunales naves que alojan el Festival en el recinto Ferial de L'Hospitalet, pasábamos a uno de los espacios al aire libre que ocupan los sitios intermedios que existen entre  paballones, entre los que se distribuyen los múltiples escenarios del Sónar, sinceramente, mucho más agaradable y disfrutable al aire libre. Tengo que admitirlo, fue llegar y besar el Santo, sin opción a continuar buscando nuestro lugar en el Festival, Hudson Mohawke, un nombre que viene dado como claro homenaje a la película protagonizada por  Bruce Willis en 1991 llamada Hudson Hawke (El Gran Halcón), nos convencieron ipso facto desde el principio y nos enamoraron locamente hasta el final. Con un combo que nos presentaba una batería en directo, un teclado y un sintetizador en una formación de power trío electónico-orgánico de infarto, Hudson Mohawke se convirtieron al momento en mi descubrimiento más impresionante de las últimas semanas. Informándome algo sobre el tema, al parecer el cerebro de todo esto se llama Ross Birchard y es uno de los productores ingleses de rap más de moda últimamente habiendo trabajado con gente como Drake, PushaT, Lil' Wayne o Kanye West entre otros y firmado sus dos primeros discos con la descomunal Warp Records. En sus discos colabora gente como Antony, Jhene Aiko o Irfane pero sus directos son mucho más crudos, instrumentales y brutales que sus admirables aventuras de estudio. Tomando como referencia las bases del rap actual, esas que tan poco me gustan, filtradas con la parte orgánica de la batería en directo, topando directamente con la IDM y el techno más contundente, sus composiciones variaban en carácter y ejecución entre lo que encontrabámos trazas del electro-pop ochentero, del ambiental, del noise, del industrial y cantidades ingentes de melodías irresitibles y todo tipo de efectos acojonantes. Hablamos de sirenas, alarmas, bocinas y flautas en toda su grandiosidad y grandilocuencia. Un concierto que disfruté de manera tan imprevisible como intensa.

(DIE ANTWOORD SONARClub 01.00)

Y llegaba el momento más esperado, la banda que me había hecho venir hasta aquí, los surafricanos Die Antwoord, a los que después de ver en Chapie, todavía los quiero más. Lo primero que voy a decir, para que os podáis hacer una idea, es que el directo de Die Antwoord fue tan gordo y descomunal como lo vivido en su día con The Prodigy o Cypress Hill sobre las tablas, a ese nivel estamos señor@es. Con una foto en las pantallas como claro homanaje a su desaparecido colabroador Leon Botha, Dj Hi-Tek se presentaba sobre el escenario, una suerte de Hulk negro enmascarado enorme y sin camiseta que daba miedo, poniendo bien caliente al personal  a base de abusar totalmente del volumen con un sonidaco de escándalo y medio, para dar  paso a Ninja y Yo-Landi, acompañados de dos bailarinas que se pasarían todo el concierto encapuchadas, vestidos de Pokémon  y dando saltos como locos a ritmo de su pecualir y único zef-rap-rave. Cambiándose de ropa cada dos por tres, pasando por sus clásicas túnicas blancas aderezadas con todo tipo de dibujos DIY, una indumentaria propiamente americanizada con banderas incluidas y otro cambio en el que se incluia a una Yo-Landi con un sujetador traicionero que hizo que se le saliera un pecho en más de una ocasión, el set-list escogido por el dúo más de moda de suráfrica no dejó títere con cabeza. Obviando sus temas más traquilos y relajados, que también los tienen por mucho que la gente los trate de descerabrados fiesteros sin medida, optaron por sus temas más contundetes, brutales, provocadores y cañeros, dejando a un público absolutamente extasiado con sus imparables interpretaciones arrasando con todo a su paso y sin tomar ni un prisionero. Inlcuso hubo un par de momentos en los que Ninja decidió hacer stage diving sobre el público con una recepción por parte del respetable aboslutamente correcta. Momentazos estelares muchos, pero Pitbull-Terrier con máscara incluida, Dj Hi Tek Rulez, los singles Enter The Ninja, Rich Bitch, Ugly Boy o Fatty Boom Boom pasarán a los anales de la historia de mis conciertos como uno de los momentos visuales y musicales más alucinantes de mi vida. Deseando repetir con esta peña en una sala, no me quiero ni mimaginar el pollo que pueden montar.

No puedo decir más que gracias Àlex.

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