Y para que no puedan decir de mi que me estoy volviendo un ñoño hoy vengo con algo capaz de patear vuestro culo con tanta fuerza que deseareis no haber nacido, ja ja ja. Si no recuerdo mal fue el gran Lagry quién me puso sobre aviso de éste combo de descarriados y descastados metaleros de estética ochentera y fémina al frente. En un principio tengo que decir que fue realmente su nombre y su portada, a parte de la recomendación del colega, lo que realmente me hizo escuchar a los infames Körgull The Exterminator y lo primero que me vino a la cabeza es la descarada influencia que ejercen en su música las primeras bandas black de los ochenta como Hellhammer, Venom o Bathory, sus espíritus sobrevuelan sus trabajadas composiciones de la misma manera que el thrash macarra de la misma época irrumpe a golpe de riff cabalgante machando nuestras cabezas sin compasión.
Nada más finalizar la bélica intro con la que comienzan el disco empiezan a sucederse los sangrantes y destructivos temazos con los que son capaces de despedazar tu cuerpo a ritmo de un asesino black metal sucio y malcarado en el que tanto la velocidad como la crudeza, el caos y la visceralidad son sus señas de identidad. En éste caso concreto al no saber nada de ellos y escucharlos sin tener ninguna referencia lo primero que pensé era que eran la nueva sensación sueca de reminiscencias old schooleras con los que disfrutar hasta la saciedad y no fue hasta pasados unos días que realmente me enteré de su veradera historia.
Mi mayor sorpresa fue cuando me enteré de que su cantante era una fémina de armas tomar llamada Lilith Necrobitch algo que hasta que no leí no lo creí, su estilo volcal no va por el camino de la guturalidad sino que por el contrario adquiere un registro descarnado y putrefacto con el que es complicado adivinar el sexo, a la batería tenemos a su compañero de fatigas Joe Bastard que toca su instrumento como si un batallón de descerebrados trolls pasaran por encima de tu cuerpo. Por increíble que parezca nos encontramos tan solo con una guitarra, a cargo del demencial Mark Wild y por último y no menos importante tenemos a otra fémina llamada Steel Maniac en las tareas de bajista. Y encima son catalanes, je je je, que más se puede pedir...
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