Norrøn Livskunst es el octavo disco de dúo noruego Solefald, un dúo que lleva el concepto de libertad musical hasta sus últimas consecuencias incluyendo en su repertorio desde el black metal más desgarrado y visceral hasta el pop de los 80 más dulcificado y melodioso. Algo que puede sonar en un principio y sobre el papel como un híbrido sin alma y propicio al sonrojamiento de sus autores, es capaz de llevarte a sitios dónde ni siquiera tu imaginación ha sido capaz de soñar jamás, enlazando de manera magistral estilos, emociones y ambientaciones desde los lugares musicales más remotos confluyendo cual energía que acaba transformándose en lo que solamente ellos pueden convertir, increíbles piezas musicales con la capacidad de ponerte los pelos como escarpias.
Ya son muchos discos en su haber los que yo considero obras maestras del metal moderno libre de ataduras y eriquetas, algo que hace que cada vez que pongan un nuevo disco en circulación mi emoción suba como la espuma, pero tengo que admitir que siempre consiguen sorprenderme gratamente llevando sus límites un poco más lejos de lo anteriormente mostrado y, por supuesto, este Norrøn Livskunst no iba a ser menos. De lo nuevo de Solefald, inspirado en su totalidad por la cultura noruega, podemos decir que nos encontramos ante su disco más potente y basado en las guitarras de los últimos 5 años, su pasión por el avant-garde y el progresivo siguen intactas, pero de alguna manera han conseguido que el disco suene mucho más musculado y poderoso que sus anteriores entregas, propiciando un disco más directo y equlibrado.
Cantado en su totalidad en su idioma natal y envuelto en parte del folklore musical noruego, el disco transmite amplitud y frío como manda la tradición, y pone al descubierto el amor que sientes sus componentes por sus raíces introduciendo ritmos e instrumentos típicos de la región, envolviéndonos en un viaje histórico-musical, dulce en ocasiones, despiado y salvaje en otras y reconfortante en su totalidad, de esos de los que en cuanto vuelves estás deseando contárselo a todo el mundo para que se mueran de la envidia, con la diferencia que, con ésto, simplemente tienes que dejárselo a un colega para que lo experimente al momento en sus propias carnes. Ten por seguro que, si sabe apreciar la buena música, te lo agradecerá eternamente.
Por encima de una calidad musical fuera de lo normal, la épica incontestable que respira el disco, y la colaboración estelar Agnete Kjølsrud en alguno de los temas conviertiéndolos en auténticos diamantes sonoros, sobresalen las armonías y los calculados y diferentes registros que posee su vocalista Lars "Lazare" Nedland’s. Quién vuelve a demostrar su intratable estilo ante el micro acudiendo a todas las varientes del metal e incluso apoyándose en el spoken-word o las melodías pop sin que, por ello, pierda un ápice de credibilidad. Estamos ante otro de los grandes discos del 2010, no tengo nada más que decir.
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