Mi de sobras conocido fanatismo por este combo de Oakland, aunque bien podrían haber nacido hace décadas en plena Inglaterra infectada por infinidad de bandas afiliadas a la llamada NWOBHM, vuelve a activarse gracias a este Death's Procession, el tercer disco largo de los Saviours después de un primer Ep que publicaron en 2006 y con el que me tienen más enganchado que un chicle a la suela del zapato. Si bien con anterioridad los discos de los Saviours tenían la particularidad de la inmediatez, con las primeras escuchas sabías de sobra que estabas ante un discazo de impacto total, este Death's Procession necesita de su propia y duradera cocción para apreciarlo en toda su grandeza.
Desplazados, como ya hemos comentado, de esa accesibilidad instatánea de la siempre han hecho gala, ayudando a definirse como un combo algo más ambicioso y perfecccionista que de costumbre, sus canciones han fijado sus obsesiones musicales más en el doom añejo que en la potencia del sludge, algo que normalmente siempre solía ser al revés. Su portada también marca un cambio radical en los diseños de la banda exponiendo un art-work mucho más rebuscado y conceptual jugando claramente con el blanco y el negro para diferenciarlo de sus anteriores discos.
Ahora no os vayáis a pensar que estos son unos nuevos Saviours rendidos al doom más pesado y lentorro, de eso nada, los fogonazos guitarreros, la grandeza de una sección rítmica impasible y los desgarradores y cazalleros registros de su vocalista siguen intactos por supuesto pero en vez de tirar por el camino fácil han decidido complicarse un poco la vida y ofrecernos ese algo más. Un disco que con sus justas y merecidas escuchas llega incluso a porder competir con su anterior e intachable Accelerated Living.
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