El tiempo, ese elemento primordial tan preciado cuando no se dispone de él, y tan aburrido cuando se tiene y no se sabe en que gastar. Mi caso es de los primeros, para mi los días deberían tener, por lo menos, 28 horas para poder abarcar todo lo que mi cabeza y mis ganas quieren degustar en cuanto a música y cine se refiere. De todos los estilos, de todas las épocas, de todos los calados, puedo con todo, pero mi cabeza no da para tanto, perdón.
Hoy toca volver a mis musas insustituibles, esas de las que llevo enamorado desde hace años y de las que, posiblemente, jamás me separaré. Entre ellas se encuetra por supuesto mi adorada Beth Orton (come más Beth por favor). La inglesa lleva años regalándonos en forma de disco su vida y sus emociones a través de una composiciones que enomoran y enriquecen a partes iguales. Desde sus comienzos a principios de la década de los 90, pasando por sus colaboraciones con los Chemical Brothers y llegando a esa cúspide creativa insuperable llamada Daybreaker, todo lo que toca la Orton se convierte en material ultra sensitivo para mis sentidos.
Reapareciendo por sorpresa durante este año haciendo de telonera de la gira europea de Bon Iver, algo que tampoco he acabado de entender mucho ya que para mi Bon Iver debería ser el telonero y no ella pero bueno, ha llegado el momento de disfrutarla en formato de estudio nuevamente, después de 6 años en silencio, con este ansiadísimo Sugaring Season. Un disco que no defrauda lo más mínimo y que, de nuevo, vuelve a mostrar la cara más familiar e intimista de la artista. Ala, a derretirse otro poco.
Guapo pásame el enlace para descargarlo desde el torrent PLEASE! Seguro que me encantará... Mua!!!
ResponderEliminar