Hablar de Coheed And Cambria es hablar obligadamente de Claudio Sanchez, el único gobernante de esa nave (espacial) tan peculiar de nombre compuesto, y por supuesto, del original universo paralelo que crea Claudio para sus magistral obras deudoras del heavy metal más edulcorado y con esas peculiaridades sacadas del emocore. Pero he decir que eso era antes, ya con su anterior disco Year Of The Black Rainbow del 2010 se pegaron el primer tropezón de su carrera, todo hay que decirlo, después de facturar una de las trilogías más interesantes y ambiciosas de la pasada década, y con este parece que van por el mismo camino.
Sabiendo de antemano que no nos enfrentamos a un disco malo, sino más bien flojo, el gran problema que resulta del disco es el poco gancho que ejercen sus composiciones sobre el oyente. La voz de Claudio esá más afilada y melodiosa que nunca, la banda suena compacta y experimentada, los cambios de ritmo son de órdago, pero ya sea por que el nervio se ha visto bastante amansado o por que realmente a Claudio se le han acabado las historias buenas de verdad que explicar, todavía no he conseguido engancharme a este The Afterman disco después de 6 escuchas.
Bajo mi punto de vista su pico de creatividad llegó con los dos volúmenes del Good Apollo (2005, 2007), y superar eso es una tarea que creo va a ser imposible in eternum. Siempre vivirá a la sombra de esas grandes obras para mi y todo, aunque no me guste hacerlo, tiendo a compararlo con aquello, error, pero inevitable. Sea dicho también que el disco tendrá su continuación el próximo 2013, se comenta que en Febrero, y, a lo mejor, mi concepción sobre esta nueva obra completamente, eso no se sabe nunca, por ahora de lo más esperado del año y de lo más flojo también, veremos como se sigue cocinando.
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