Seguimos navegando por el underground nacional y nos topamos con el segundo disco de este magistral trío instrumental adscrito a los placeres ocultos del stoner psicodélico y que de nuevo vuelven a dejarnos ojipláticos (je, je, je) con sus Otros Mundos. Mundos en los que, con anfitriones como estos, tienes asegurados una buena sesión de rock espacial y herbáceo con el que perderse y dejar volar tu imaginación en tal medida que querrás volver a repetir el viaje unas cuantas veces más sin necesidad de plantearte si quiera a dónde te va a llevar nuevamente. Cada escucha deja ver una nueva capa de sonido o ritmo del que no te habías percatado consiguiendo así unas contínuas ganas de ponértelo cual irremediable adicción.
Su capacidad hipnótica y devastadora al mismo tiempo hacen de él un artefacto no apto para todos los oídos, pero os puedo garantizar que si sábeis degustar las amarguras de ésta grandiosa banda no saldréis defraudados. Cuzo está formado por Jaime L. Pantaleón a la guitarra (12Twelve, Lords Of Bukkake, Atleta), Pep Caravante a la batería (Warchetype) y Álvaro Gallego al bajo (Qa’a), un trío que sabe ejecutar sus temas con una convicción y una fuerza pétrea deudora del hard rock más visceral de los 70 mientras siguen rebuscando en los aspectos más experimentales de la banda ayudados por unos sintes que se presentan en primer plano y sin miedo como un protagonista más en la mezcla.
El acertado uso de los sintes consigue provocar en el oyente una sensación de amplitud dentro de unos espacios lliberados por completo de complejos y ataduras que sirven a sus tres creadores como el vehículo perfecto para viajar a través de la música, algo que transmiten de una maenra natural y sincera elevándote al extásis sonoro en temas tan gordos como la espacial Coche Maligno o la cambiante Robots En Movimiento, dos simples ejemplos de cómo la música puede hacerte volar sin necesidad de moverte del sitio.
Superado su debut el límite de estos apasionados de la psicodelia y los sonidos añejos está aún más allá de los Otros Mundos a los que nos puede llevar su último disco, mucho más allá...
Esto sí que me ha pillado desprevenido! Que momento de creatividad tan pasmosa goza el underground peninsular! A mi esta gente, al menos con el anterior, me recordaba bastante (salvando las distancias) a algunas bandas sonoras de los italianos Goblin de los 70, convenientemente metalizados y hardrockizados, un pasote vamos. Vaya recta final de año que llevamos.
ResponderEliminarA sus pies.
Como siempre, tengo que estar de acuerdo con Karba, Goblin son la mayor influencia de estos tíos, sin ninguna duda. Deseando empezar a escuchar este álbum.
ResponderEliminarGracias Alexcore!! Que Satán te lo pague con un harén de vírgenes macarras y una botella de bourbon!