Otra de esas bandas que me ha dejado absolutamente boquiabierto, por la que tengo que agradecer a mi hermano Magli siempre atento al underground más exquisito, han sido éstos ucranianos de armas tomar. Su debut data del 2003 y desde entonces hasta ahora han facturado nada menos que 8 discos de estudio incluyendo éste último llamado Handful Of Stars, todavía me parece increíble como una banda de su talla me había pasado totalmente desapercibida, menos mal que siempre hay alguien por la red dispuesto a contar las lindezas de las bandas más underground y auténticas. Lo que más me ha sorprendido es esa obsesión que tiene todo el mundo de tildar su música como black metal ambiental, siento diferir en eso chicos pero de ambiental, éste disco concretamente, tiene bien poco la verdad, bajo mi humilde opinión por supuesto.
Supongo que al no conocer a la banda de antemano el impacto que me ha causado éste disco, o más concretamente mi forma de verlo, ha sido bastante diferente a la de los demás. Lo primero que tengo que decir es que se me ha hecho bastante difícil imaginarme a una de black metal tocando detrás de esa impresionante obra de arte de 12 minutos de duración llamada Downfall Of The Epoch, primer tema que nos sirven después de una escueta intro de 1 minuto tiutlada Cold Landscapes, 12 minutos que podrían durar eternamente sin que ello causara ni ápice de cansancio en mi persona, un tema que respira naturalidad y emotividad por los cuatro costados solamente rota por los desgarradores gritos de su vocalista. Acto seguido nos encontramos con Towards The Light dónde parece que se ponen las pilas y el sonido raw hace acto de presencia con unos jugosos blast-beats incluidos que acaban derivando de nuevo en una auténtica belleza musical llena de matices, su dominio de los claro-oscuros durante el tema es impresionante. Twilight Aureole vuelve a incidir en el aspecto más misterioso y reposado de la banda regalándonos otro temazo emotivo y precioso plagado de cambios de ritmo naturales y acuosos. El disco finaliza, a parte de con el outro llamado Listening To The Silence, con The Day Will Come, en la que me las he vuelto ver en serias complicaciones para visualizar una banda de black metal tocando éste tema, si no fuera por el registro rasgado de su volcalista no creo que nadie fuera capaz de adivinar que ésto es black.
Una de sus cualidades más preciadas de ésta impresionante grabación es la simpleza y la desnudez de su sonido, una producción austera que casa a la perfección con la naturalidad de sus canciones. Otras de sus grandes bazas son las toneladas de obtusas y afiladas melodías que continuamente podemos escuchar como base central de los temas, la utilización de solos completamente fuera del estilo metalero, su manera de convertir la densidad de sus canciones en auténticos viajes interminables plagados de emociones y libertad o ese desesperante registro utilizado por su vocalista casi más cerca del emo de Envy que no del black de Darkthrone.
Yo me quedé sin palabras la primera vez que los escuché y todavía me cuesta bastante poder definirlos de una manera entendible para los demás, conclusión, la mejor va a ser que decidas por ti mismo, a qué esperas?, a descargar ya...
este es tremendo, crean unas atmosferas impresionantes. a ver si se animan y vienen a españa a presentar el disco, ya que tienen que tener un directo grandioso
ResponderEliminarHombre, tanto como Post-Metal y Post-Rock... no les veo nada de eso. Aunque tienen unas atmósferas increíbles, no creo que hagan lo mismo que gente como los Altar Of Plagues (que éstos sí tienen bastante de Post-Metal por ahí escondido).
ResponderEliminarUna de mis bandas favoritas del Black Metal a nivel general, y unas atmósferas simplemente apabullantes. Este disco es toda una sorpresa, es increíble la genialidad que desprenden en éste, superando con creces a su anterior Microcosmos.
Un saludo de nuevo.
Puf, vaya tela de disco amigos, no sé si de lo mejor, pero desde luego de lo más sorprendente del año en el ¿black metal? Ritmos y riffs inéditos en el género (¡esos solos!), ese bajo tan arriba en la mezcla casi siempre jugueteando, esa producción a la vez sucia y cristalina (hasta las acusticas tienen un extraño reberb), que te conduce por senderos a un tiempo relajantes y misteriosos, pero sin uso apenas de teclados, ecos del depressive en plan lo antiguo de Shining (o incluso de lo primerísimo de Katatonia), un constante deje progresivo pero con instrumentación parca y esencial... en fin, una gozada de sonido y creatividad bastante única, y que a psar de la extensa duración de los temas, se me hace muy corto. Chapeau!
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