Mucho tiempo ha pasado desde que escuché el úlimo disco de Therion que me convenció totalmente, ni su doble disco del 2004 Lemuria - SiriusB ni el anterior Gothic Kabbalah llegaron a calar hondo en mi como otras de sus grandes obras llamdas Theli, Vovin o Deggial que me dejaron de pasta de boniato cuándo los escuché por primera vez. Una vez olvidados por completo sus comienzos en la primigenia escena death-metalera sueca junto a bandas como Carnage, Entombed o los mutantes sonoros Tiamat (otros que también se han desplazado con fortuna de la música y la escena que los vió nacer) y después de una progresiva y natural evolución hacia terrenos más melódicos y calculados a día de hoy son considerados una referencia ineludible en cuanto a metal sinfónico y operístico se refiere, algunos hablan de ellos incluso como los padres de todo ese movimiento fuertemente arragaido en Europa desde mediados de los 90 que nos empezó a brindar multitud de bandas en las que las orquestaciones, la música clásica, la ópera, el rock progresivo y el metal tradicional se fusionan para dar luz a uno de las escenas más épicas y grandilocuentes de la historia de la música, pero eso es otra historia...
Atendiendo al tema que nos concierne, cuándo me enteré de la salida de éste nuevo y complejo artefacto rubricado por Christofer Johnsson y los suyos corrí ráudo y veloz a por la obligada descarga para comprobar si mi química con ellos había desaparecido por completo o si por el contrario podían volver a enamorarme como antaño hicieron. La primera escucha me hizo necesitar una segunda inmediatamente para comprobar si realmente el disco era tan bueno como me había parecido en la primera, y esa segunda escucha no hizo sinó confirmar por todo lo alto la grandeza y la fuerza arrebatadora que posee ésta impresionante obra de cuidadísima factura y delicada ejecución.
La experiencia de Christopher Johnsson a éstas alturas es de un valor incalculable a la hora de implementar una orquesta de más de 30 componentes junto con los cantantes operísticos y los multitudinarios coros de una manera sutil y natural en su concepción musical como banda de metal tradiconal sonando todo perfectamente empastado y equilibrado y componiendo una obra de un gusto exquisito por las adictivas melodías y la incomparable épica de las oquestaciones. Con una obra de tal magnitud entre manos no he podido hacer otra cosa que ir corriendo a la tienda para pillar mi copia física y disfrutar como es debido de ella, en edición especial en digipack y con un amplio libreto con las letras de los temas que de nuevo vuelven a estar escritas íntegramente por el misterioso Thomas Karlsson, fundador de La Orden Mágica Del Dragón Rojo y autor de las letras de la banda desde 1996.
Hum, todavía estoy decidiendo si el disco me gusta o no. Con el anterior creo que esta gente pegó un bajón considerable (aunque disfruté mucho su directo de esa gira), rotando sus postulados musicales ya definitivamente hacia el power/heavy, y este va más o menos por los mismos derroteros bastante lights en cuanto a peso musical y densidad... creo que requiere más de una escucha, porque el caso es que me ha picado a seguir escarbando.
ResponderEliminarGracie!