Hoy nos presentamos ante una de las reválidas más complicadas del año después de que los grandiosos Manchester Orchestra facturaran en el 2009 uno de los mejores discos de ese año, el ineludible Mean Everything To Nothing, un disco al que todavía acudo para disfrutar de sus infecciosas melodías y sus imberbes estribillos revolcándome de placer absoluto con sus redondas composiciones capaces de alegrar tus días más oscuros.
Pues bien, tal y como comentaba ayer este es sin duda el año de los grandes cambios y los Manchester Orchestra no se han quedado atrás. Adquiriendo un nivel de maduración compositiva enorme y despojando a sus composciones de cualquier regusto juvenil y simplista los de Atlanta han cogido el toro por los cuernos y han parido una obra más grande que ellos mismos encumbrándolos con todos los honores como la mejor metamorfosis musical del año hasta la fecha.
Regalándonos otro de esos discos de cocción lenta que tanto nos gustan en las Píldoras una atmósfera misteriosa y semi-siniestra impregna unas composiciones en las que el rock y el folk se dan la mano en un viaje lleno de épicos arreglos acentuando su lado más emotivo y desgarrador. Un disco menos pop, menos accesible, pero mucho más elaborado y por ello más duradero en el tiempo, un disco capaz de crecer paso a paso hasta convertirse en uno de los grandes es este poblado 2011 y si me apuras de este nueva década que acabamos de comenzar,a este paso imparables.
Cada disco de estos tios me parece mas grande.
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