Después del fin de semana histórico que me he pegado gracias a los fantabulosos discos de Incubus y los Beastie Boys voy a empezar la semana con un buen puñetazo encima de la mesa y os voy a soltar dos imperdibles tracas metalizadas para el Lunes y el Martes de órdago. La primera viene puesta en bandeja de la mano de los inconbustibles Samael, quienes después de un disco que los retornó a su mejor estado de forma y una intensa gira que los hizo pasar por Barcelona dos veces el pasado año aquí están de nuevo con su black industrializado de baterías programadas y sus místicas líricas de calado existencial para demoler de nuevo los cimientos de nuestro precioso mundo de color de rosa, ja ja ja.
Como ya he dicho antes después de un disco como el anterior Above del 2009 que dejó el nivel realmente alto y que dinamitó casi por completo cualquier atisbo de experimentación dejando rienda suelta a su contundente y personal forma de metal extremo la prueba era difícil de superar. Este mastodóntico Lux Mundi es el resultado directo de lo acontecido en el Above, sumándole el plus de todos los años de experiencia del combo, en el que tomando claramente el testigo de su última obra exploran de nuevos los caminos de la inmediatez sonora convenciendo desde la primera y devolviéndole por momentos a la banda ese halo de misticismo y grandiosidad que se vió minimizado en el Above.
Lo más destacabale del disco es la clara inclinación de la banda por los épicos medios-tiempos en los que funcionan como lo que son, una jodida maquina de ingeniera suiza a la que pocos pueden atrevarse a batir visto y comprobado su inmejorable estado de forma. Muy acertadamente han suprimido la velocidad de los blast beats por la contundencia impasible de tempos más comedidos ganando grandilocuencia y personalidad de una manera brutal y desgarradora. Poniéndole un punto aquí y allá de sonido experimental Vorph y Xy vuelven a mostrarse como unos auténticos maestros en lo suyo, abosolutamente intratables.
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