Esperando a que mis adorados enfants terribles de la elctrónica francesa Justice saquen disco de una vez por todas, la cosa ya empieza a oler, me ha tocado resarcirme con la visión electrónica de éste otro dúo, alemán en este caso, llamados a ser los nuevos Daft Punk (cosas de la prensa aunque hay que admitir que algunas influencias del dúo galo también tenían y siguen teniendo) en el lejano 2004 con su muy laureado debut Idealism con el que pusieron a bailar a media Europa gracias a su simplista aunque sobradamente efectiva mezcla de funk, house y pop sintético con la que conquistaron las pistas de baile.
Ahora toca, después de la friolera de 7 años, demostrar que su antigua mezcla sonora sigue tan vigente como antes después de haberle hecho unos arreglillos aquí y allá consiguiendo enseñar una mayor porción de originalidad y personalidad en los temas a la vez que han querido también añadirle los justos anabolizantes para muscular algo más su música, algo que se agradece enormemente ya que dota a las canciones de mayor consistencia y cuerpo obteniendo un disco en el que no caben ni los rellenos ni los skits por ningún lado resultando un disca de mucha mayor embergadura que su predecesor.
Bajo mi punto de vista, siguiendo con las mismas directrices marcadas en su debut el dúo alemán ha tomado con firmeza el timón del disco demostrando una versatilidad en cuanto a estilos y registros inimaginable hasta el momento (hasta hay uno de los temas en los que colabora Julian Casablancas) depurando sus influencias al máximo hasta diluirlas de tal manera que no se hagan tan evidentes sino que de una forma mucho más sutil e inteligente han sabido transformar esa sensación de copia buena de los Daft Punk (en 7 años han tenido tiempo de sobras) y poner su nombre sobre la mesa de la electrónica internacional con un peso específico gracias a sus propios méritos.
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