Hoy vengo con ganas de pelea, con ganas de poner en guardia a los pesados de blogger y la mastodóntica Virgin en consecuencia, con el que es, ahora mismo, su buque insignia. Es curioso como a veces suceden las cosas, hace un par de días escuché desde la cocina de mi casa la noticia de que a mi queridísima Adele, le había salido una dura competidora que había sido capaz de desbancarla del primer puesto de la lista de ventas inglesa. No llegué a percatarme del nombre de la artista en cuestión pero si que logré escuchar un pequeño fragmento de un single llamado Heaven, del cual me enamoré la instante. Esa misma noche, y hablando con mi colega David, como no podía ser de otra manera y haciendo honor al título de mi oficial alma gemela, fue él mismo el que me comentó precisamente lo de la noticia, haciendo alusión al nombre de la artista y poniéndome en alerta, ya que posiblemente teníamos algo gordo a lo que echar mano.
Sus primeras impresiones, que no coincidieron del todo con las mías, fueron las de haber encontrado la nueva panacea del trip-hop moderno en esta inglesa de 24 años llamada Emeli Sandé. Si qué es verdad que su single Heaven puede llevar a equívocos, con esa voz altamente soul de potencia natural y pegada instantánea que tiene la inglesa, fluyendo sobre una base prácticamente robada del reperterio de los Massive Attack, algo más de ese estilo hay en el disco pero poca cosa más la verdad, pero estaba claro que un disco de trip-hop al uso era imposible que desbancara de manera tan descarada a la todo poderosa Adele.
Contando con un variado plantel de productores para su disco, entre los que se encuentra la similar Alicia Keys por poner un ejemplo claro, Emeli Sandé se mueve entre los tópicos del neo-soul, el r&b y el pop mainstream con una soltura y una gracia tremendamente encantadoras. Tomando como referencia a divas del pop acutuales como la propia Adele, la nombrada Alicia Keys, la sensual Rihanna o, mi reina abosoluta, Lana Del Rey, la inglesa es un claro ejemplo más de que el pop mainstream puede segir ofreciendo un producto de alta calidad cuando se lo propone y, por su puesto, que desde ya sea convertido en una más a añadir a mi larga lista de amores platónicos para la eternidad.
Sus primeras impresiones, que no coincidieron del todo con las mías, fueron las de haber encontrado la nueva panacea del trip-hop moderno en esta inglesa de 24 años llamada Emeli Sandé. Si qué es verdad que su single Heaven puede llevar a equívocos, con esa voz altamente soul de potencia natural y pegada instantánea que tiene la inglesa, fluyendo sobre una base prácticamente robada del reperterio de los Massive Attack, algo más de ese estilo hay en el disco pero poca cosa más la verdad, pero estaba claro que un disco de trip-hop al uso era imposible que desbancara de manera tan descarada a la todo poderosa Adele.
Contando con un variado plantel de productores para su disco, entre los que se encuentra la similar Alicia Keys por poner un ejemplo claro, Emeli Sandé se mueve entre los tópicos del neo-soul, el r&b y el pop mainstream con una soltura y una gracia tremendamente encantadoras. Tomando como referencia a divas del pop acutuales como la propia Adele, la nombrada Alicia Keys, la sensual Rihanna o, mi reina abosoluta, Lana Del Rey, la inglesa es un claro ejemplo más de que el pop mainstream puede segir ofreciendo un producto de alta calidad cuando se lo propone y, por su puesto, que desde ya sea convertido en una más a añadir a mi larga lista de amores platónicos para la eternidad.
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