Se acabaron las memeces, jejeje, hoy toca bajar de nuevo a las tinieblas y visitar el averno del doom de la mano de una de las bandas más incomparables y renovadoras del estilo en la actualidad, encarnada en este power-trío de insuperables cualidades y sublimes calidades de nombre Horse Latitudes, ¿se puede pedir un nombre mejor para una banda de metal pesado?, venidos de las frías tierras finlandesas y que responden a los nombres de Heidi, Harri y Vellu. Una vez hechas las presentaciones vamos a lo nuestro.
Horse Latitudes debutaban en el 2009 con un disco llamado Gathering, disco qué ponía patas arriba a la escena doom con su arriesgada y sorprendente manera de atacar al estilo. Su peculiaridad viene dada por el simple hecho de sustituir la guitarra principal por un segundo bajo dejándonos con un recuento final de dos bajos y una batería. Un paso más allá en la pesadez y la contundencia comandada por un trío capaz de demoler edificios e incluso alterar el curso de los planetas si se lo propone. Luego vino un split con mis adorados Hooded Menace, en el que un único monolito de 10 minutos de duración llamado Flame Of Will no hacía más que confirmar su indiscutible liderazgo.
Nos encontramos en el 2012 y Horse Latitudes sacan la esperadísima continuación del pasmoso Gathering para volver a reincidir en su dinámica, aunque sobradamente pesada, mezcla de doom desolador, sludge corrosivo y drone minucioso, para dejarnos el que posiblemente sea el mejor disco de doom del año hasta la fecha. La subida del nivel en los registros vocales del combo me ha dejado gratamente sorprendido predominando los más limpios, sin olvidarse de las guturales ni los gritos de desesperación, añadiéndole un punto de accesibilidad al disco realmente apetitoso.
El poder instrumental que destila el trío en cada una de las 6 composiciones que suman en este imponente Awakening supera con creces la media, en parte gracias a una producción que busca el espacio sonoro de cada instrumento para aumentarlo y explotarlo al máximo sin verse interferido con los otros o con las vocales, resultando en un trabajo muy minucioso y concienzudo, a la vez que atractivo y valioso, del que no podrás escapar si lo tuyo son las sonoridades pesadas y los tempos aplastantes. Un jodido 10.
Horse Latitudes debutaban en el 2009 con un disco llamado Gathering, disco qué ponía patas arriba a la escena doom con su arriesgada y sorprendente manera de atacar al estilo. Su peculiaridad viene dada por el simple hecho de sustituir la guitarra principal por un segundo bajo dejándonos con un recuento final de dos bajos y una batería. Un paso más allá en la pesadez y la contundencia comandada por un trío capaz de demoler edificios e incluso alterar el curso de los planetas si se lo propone. Luego vino un split con mis adorados Hooded Menace, en el que un único monolito de 10 minutos de duración llamado Flame Of Will no hacía más que confirmar su indiscutible liderazgo.
Nos encontramos en el 2012 y Horse Latitudes sacan la esperadísima continuación del pasmoso Gathering para volver a reincidir en su dinámica, aunque sobradamente pesada, mezcla de doom desolador, sludge corrosivo y drone minucioso, para dejarnos el que posiblemente sea el mejor disco de doom del año hasta la fecha. La subida del nivel en los registros vocales del combo me ha dejado gratamente sorprendido predominando los más limpios, sin olvidarse de las guturales ni los gritos de desesperación, añadiéndole un punto de accesibilidad al disco realmente apetitoso.
El poder instrumental que destila el trío en cada una de las 6 composiciones que suman en este imponente Awakening supera con creces la media, en parte gracias a una producción que busca el espacio sonoro de cada instrumento para aumentarlo y explotarlo al máximo sin verse interferido con los otros o con las vocales, resultando en un trabajo muy minucioso y concienzudo, a la vez que atractivo y valioso, del que no podrás escapar si lo tuyo son las sonoridades pesadas y los tempos aplastantes. Un jodido 10.
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