De un tiempo a esta parte estamos disfrutando de innumerables combos de doom, ya sea sin adulterar como añadiéndole todo tipo de variables, capitaneados por unas más que dotadas front-women a las que alabar y venerar de misma manera que hacemos con cualquiera de las grandes voces masculinas del estilo. Ese es algo que cae por su propio peso, pero lo que ya no es tan normal es lo de este dúo canadiense. Mares Of Thrace son Stef y Lanz, punto y final, simple y llanamente dos desquiciadas del metal dispuestas a sacar a patadas de la escena a cualquiera que no se las tome en serio.
Demostrada su potencia y calidad en un debut que, sin levantar demasiada polvareda, dejó a muchos encandilados con su contundente propuesta, The Moulting 2010 (ndr), el paso evolutivo conseguido en este The Pilgrimage es más que notable, por no decir sobresaliente. Stef viene de una valiosa formación de jazz que resulta imprescindible para entender el dinamismo y la impecable técnica con la que toca la batería, una máquina perfectamente engrasada capaz de bordar los ritmos en todos los tempos posibles, y Lanz toca su guitarra como si un regimiento de las mismas le hiciera de telon de fondo a la vez que practica uno de los registros más monstruosos y enfermizos del estilo.
En ocasiones resulta realmente impensable saber que detrás de tanto ruido estruendoso, riffs monolíticos y ritmazos de impresión, tan solo hayan dos personas reproduciendo tal murallla de sonido. The Pilgrimage es un disco que toma varias posturas, todas ellas incómodas para el oyente, en las que bajo una base de sludge furioso introducen todo tipo de texturas en las que abordan el doom y el atmosférico de manera reverencial. Probablemente sea un disco conceptual, algunos temas van sobre el mismo protagonista y está dividido como en actos, pero aún sin conocer el conepto por el que deambulan las 10 composiciones que lo completan, durante los poco más de 40 minutos que dura esta endiabladamente cojonuda obra maestra, os puedo garantizar que el disfrute es equiparable al malestar que produce.
Acercándose por momentos al harcore y al experimental a partes iguales, no hay nadie como ellas para machacarte, escupirte y matarte a tenor de todo tipo de nocivos y dolorosos placeres con los que inyectan su veneno las Mares Of Thrace, un veneno que ataca directamente a tu sistema nervioso dejándote K.O. con toda la estopa que son capaces de repartir estas salvajes bellezas del metal. Sin lugar a dudas en mi top-ten del año, gracias Iñaki que aunque haya sido a 192 Kbps no sabes lo que estoy disfrutando de esto.
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