Siento haber fallado el fin de semana al completo pero, ya se sabe, la family se mueve durante esos días y el espacio que me queda para dedicarlo a las Píldoras es mínimo, de nuevo os pido perdón. Empezamos el Lunes frescos y relucientes cual diamante recién de la misma manera que lo hace uno de los amos de rap americano, Nas ha vuelto y su disco Life Is Good es el mejor testigo de ello.
Sin entrar en polémicas sobre la portada que ha elegido Nas para su nuevo álbum, todavía sigo sin comprender el por que de ese vestido verde sobre sus piernas, Life Is Good empieza muy pero que muy bien. Sobre esas típicas, sencillas y pianísticas bases que Salam Remii trabaja desde hace años para el de Queensbridge, Nas fluye como el agua y esputa rimas con una estilazo único e incomparable.
Su fuerte sigue sienda la facilidad y la fluidez que gasta al micro y su punto flaco siguen siendo las bases. Es una pena que este hombre no se ponga a trajar con gente como Marco Polo, The Alchemist y toda la tropa que ha estado reventado los discos de rap americano en los últimos años, él sigue fiel a Salam, excepto en contadas ocasiones, y ese es su mayor error.
Teniendo en cuenta que desde el Streets Disciple no nos encontrábamos con un Nas tan inspirado, sus últimos discos son muy desechables, podemos decir que Nas sigue manteniendo el gancho y la garra y que de nuevo vuelve a demostrar que es uno de los mejores al micro, eso es indiscutible, pero también es verdad que con los años se ha ido ablandando y eso se nota.
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