Tom Jones no necesita presentación alguna, generaciones y generaciones de amantes de la música, y no tan amantes, conocen los hitazos insontestables de este gran intérprete galés y el que más y el que menos también es conocedor de sus incontestables actuaciones en los casinos de Las Vegas en los que se forjó la leyenda del gran Tigre De Gales, que es el sobrenombre con el que le conoce.
Aburrido y cansado de producir hits intantáneos con los que ha dado la vuelta al mundo en varias ocasiones, recordemos aquel famoso Sex-Bomb con el que volvió a ocupar los primeros puestos de las listas de venta en todo el mundo a principios de la década pasada, hace un par de años se lió la manta a la cabeza y, poniéndose en la piel del crooner más auténtico y menos inglés de la historia, Sir Tom Jones se cascó un disco titulado Praise & Blame, versiones en su mayoría, en el que tocaba todos los palos de la raíces americanas descubriéndose como un intérprete mucho más valioso que cualquiera de sus hits pasados.
Y lo que nos encaontramos aquí en este glorioso Spirit In The Room es la justa continuación que se merecía el anterior y muy exitoso Praise & Blame. De nuevo Jones revisita algunos de los clásicos más escondidos de algunos de los mejores canatautores de la historia del pop, el rock y el folk. Un disco en el que la americana, el folk, el country, el bluegrass, el blues, el gospel, el pop y el rock se dan la mano para componer otro golpe certero de Tom Jones sobre la mesa. Un hombre que, queda más que comprobado, puede hacer muchas cosas más a parte del Delilah, It's Not Unusual o Sex-Bomb.
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