Con la sobradamente ganada reputación que les precede hoy le damos la bienvenida con los brazos abiertos a la última aventura experimental de los noruegos Ulver. War Of The Roses es desde ya, y con esto no quiero decir que sea el mejor, el disco más accesible y limpio que han relizado los de Garm en el que, como viene siendo habitual, han vuelto a adentrarse sin miedo en esa continua metamorfosis personal que llevan experimentando desde sus inicios. Una de las bazas que mejor saben jugar los Ulver es la del efecto sorpresa, nunca sabes en que dirección o hacia que estilo se va a mover la música de los de Oslo hasta que no comienzas a adentrarte en su nuevo viaje musical y para la ocasión tengo que admitir que me han dejado boquiabierto.
Antes de nada vamos a nombrar a los ilustres colaboradores con los que ha contado el combo para la composición y ejecución de tan honrosa y crepuscular obra. El primero en asomar la capucha es Stephen Thrower de Coil and Cyclobe, tenemos también al guitarrista experimental Stian Westerhus y a dos maestros de la improvisación ingleses llamados Steve Noble y Alex Ward, que quede claro que no conozco a ninguno de ellos pero creía importante mentarlos ya que por lo que he leído su papel en el disco ha sido tan importante como el del propio Garm.
Y como consecuencia de tal conjunción de tan variadas personalidades musicales tenemos uno de los discos más experimentales que ha relizado la banda hasta la fecha y a la vez el más armonioso y equilibrado. Retorciendo el jazz de estructuras libres y encajando las piezas a fuerza de imaginativas y airosas atmósferas oscuras pero de momentos esperanzadores tan brillantes como el reflejo del sol en los nevados paisajes noruegos resulta reconfortante encontrarte con pasajes que rozan el pop, el rock o el spoken-word sin desviarse nunca del amplio y todavía por pavimentar camino del avant-garde más artístico y revelador.
Cada vez que Ulver saca un disco es transportarte a ser un niño que descubre algo por primera vez.
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