Nada como una buena dosis de grind machacón para continuar la senda abierta ayer por los Trap Them y apoyar con convicción el reflorado interés de mi hermano Magli por los ardientes ritmos grind, ahí va una genuina ración de bestialismo de las que más te gustan bro!!!. Y como ya os advertí ayer hoy toca infectar nuestros cerebros con el Sonido Podrido de éstos maestros finlandeses del grind-core, doblegarnos ante los amos y señores de los blast-beats más demenciales y alavar a los auténticos dioses del estilo (con el permiso de unos cuantos), hoy nos enfrentarnos a los Malditos Rotten Sound y a los pepinazos revienta creáneos más destructivos que han salido de tierras Finlandesas en años.
Con un sonido apavullante empecé a desgranar el sexto disco de estudio de los finlandeses ansioso por ver si realmente podían continuar con el magistral y ascendente nivel mostrado a lo largo de su carrera o si por el contrario nos íbamos a encontrar con el primer batacazo de este mastodóntico juggernaut de garras afiladas y coraza impenetrable. Si bien el disco siginifica un nuevo disnciamiento más de las influencias crust con las que tan bien habían jugado en el pasado su sonido ha ganado enteros al pasarlo por un filtro de limpieza que llega hasta unos niveles de nitidez que nada tienen que ver con el sucio y amargo regusto crust que insuflaban a sus primeras grabaciones.
Está claro que 16 temas en menos de 30 minutos hablan por si solos pero si además dentro de esos temas encontramos influencias de todo tipo engrosando el hostil y brutal arsenal que poseen estos abanderados del grind más metalizado la cosa se pone realmente seria. Un Keijo Niinimaa (vocalista de la banda) en estado de gracia nos hace degustar la oscuridad y la violencia contenida dentro de un registro vocal decididamente inhumano. Guitarras que chirrían en nuestras cabezas, ritmos que taladran hasta la última neurona de nuestros desteriorados cerebros y una arrolado fuerza capaz de arrasar con todo lo que encuentra a su paso el disco pasa como una exhalación sobre nuestras cabezas dejando ese sentimiento de dolor y adicción que obliga a repasar de nuevo tan impecable repertorio. Espero estar más calmado mañana y deleitaros los oídos con algunas dulzuras, pero no prometo nada la verdad...
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