miércoles, 18 de enero de 2012

MORBID ANGEL (1989) Altars Of Madness


Este año está siendo más bien parco en discos remarcables hasta el momento, por eso y por qué me da la real gana me veo en la apetencia de volver a revisar discos clásicos en favor de bandas que hoy en día consideramos todos como leyendas pioneras de lo que se dio a conocer como death metal. Un estilo nacido a la par en la fría Suecia y en la cálida Florida, como puntos de referencia aunque en Inglaterra también se cocía lo suyo, y qué desde entonces ha llegado a todos los confines de la tierra y estoy seguro que a parte del espacio exterior, y si no que se lo pregunten a los germanos Obscura, gracias a la militancia y el tesón de bandas como la que hoy nos ocupa, los ineludibles Morbid Angel.


Los de Tampa son una de esas bandas a las que siempre tendré en un pedestal hagan lo qué hagan, todas sus épocas, sus diferentes formaciones, e incluso sus últimos experimentos pseudo-industriales, me parecen obras muy por encima de la media y todas me hacen disfrutar exageradamente de la grandeza de la música, y eso es algo que no puedo decir de todas las bandas que me gustan. Muchos ponen este Altars Of Madness como un obstáculo insalvable que no han conseguido superar en ninguno de sus posteriores esfuerzos, yo no me incluyo entre ellos.


No voy a negar que su primera trilogía formada por el Altars, el Blessed y el Covenant me parecen de lo mejor que ha facturado la banda en su larga historia, pero también es innegable que su Formulas con Steve Tucker a las voces, por poner un ejemplo, es una jodida máquina de aniquilar almas cristianas. Del Altars poco puedo decir yo que no se haya dicho ya, algunas de las mejores canciones de death metal de la historia de la música están contenidas en estos 38 minutos de un asalto sonoro de lo más brutal que vas a poder soportar en tu vida. Un Trey a la guitarra al que todavía nadie ha podido superar, ni a sus intrincados solos de infarto ni a sus impasibles y complicadas baterías de riffs demoledores y en continuo desarrollo, un Pete Sandoval dándo clases magistrales y gratuitas con patrones de batería irreproducibles para la mayoría de mortales, un Brunelle en sus mejores momentos destilando una siniestra e irrepetible química con la guitarra de Trey y un Vincent capaz de arrancar cabezas con sus pronunciadas guturales. Una jodida obra maestra del estilo, punto final.

Decidado a Chtulhu, Davidgore, Nachocore y Mongotron.

1 comentario:

  1. Grande entre los grandes, este Alexcore. No hay más.

    Un saludo y un fuerte abrazo. Fuckkkkk METALLLLLLL

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