Y si el año pasado se nos hacía la boca agua escuchando la enorma obra de rock añejo que nos dejó la super-banda más sonada del momento, Them Crooked Vultures formada por Josh Home, Dave Grohl y John Paul Jones, este año le ha tocado el turno al rock de corte modernista de la mano de otra de esas super-bandas formadas por algunas de las caras más reconocibles del rock actual y no tan actual. La pregunta en cuestión vendría a ser la siguiente: - ¿qué tienen en común Fall Out Boy, Every Time I Die y Anthax? (a parte de ser un cartelazo imperdible bajo mi punto de vista) - , y la respuesta correcta sería... -que contando con algunos de los componentes de esas bandas obtenemos como resultado a estos magníficos The Damned Things-, je je je.
Para los que vayan un poco perdidos, no creo que nadie que esté mínimamente informado de lo que pasa en la escena musical internacional no tenga conocimiento de este peculiar proyecto, vamos a empezar con la alineación ganadora para que sepáis con quién estamos tratando. Al micro nos encontramos con la indomable voz de esa bestia parda llamada Keith Buckley. Un vocalista que después de destrozarnos los tímpanos durante años con sus ETID y de que en su último disco le diera por mostrarnos tímidamente su vertiente más melódica aquí lo podemos ver desligado totalmente de las ataduras de su registro más desgarrador para abrazar fuertemente y sin complejos un estilo mucho más variado y melódico explotando al máximo las texturas y emociones que su voz es capaz de transmitir. Su registro es un potentísimo torrente de fuerza descomunal y contagiosa energía capaz de poner a bailar al más pintado.
Continuamos la lista con el mítico Scott Ian a la guitarra inflando las canciones de ese sonido metalizado marca de la casa y plagándolas de descomunales riffs hard-rockeros capaces de tumbarte con su potencia, y Rob Caggiano (también de Anthax) alternando funciones entre la tercera guitarra y el bajo. Seguimos en el apartado del mástil con Joe Trohman, que lo inunda todo con sus infecciosas e irresistibles melodías, y finalizamos la lista de estrellas con la clase y el poderío a la baquetas de Andy Hurley (ambos de Fall Out Boy) capaz de revitalizar a los muertos con sus deliciosos y metronómicos patrones de batería. Un disco disfrutable al 100% si lo tuyo es el rock sin etiquetas, ni prefijos o sufijos sobrantes. Divertidos y con una calité fuera de toda duda se presentan como una de las bandas más frescas y convincentes de esta recta final del año, no miento cuándo os digo que lo he escuchado como 7 veces seguidas y no me ha cansado en ningún momento, eso si, una pega si que le voy a poner, algo más de minutaje no hubiera estado mal que cuando se acaba te quedas irremediablemente con ganas de más.
FOR MAGLI WITH LOVE!!!
me encanta este disco. lo esperaba con ansia y lo escucho a diario. de 10
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