Mis metaleros progresivos canadienses favoritos ya están de vuelta con otro de esos discos para dejarnos a cuadros con sus virgerías técnicas y sus sangrientas y épicas historias de alta carga emocional. Desde que hace unos años sacaran el imprescindible Kezia y continuaran subiendo el listón con el titánico Fortress se convirtieron una referencia imprescindible en mi amplio catálogo metalero ocupando una posición bastante elevada en mi ranking personal. Su cantante Rody Walker es uno de los vocalistas que más variados y mejores registros consigue con su privilegiada voz a la que tanto le da cantar en falsete como en agudo o tirar de guturales imposibles cuando la bestia se despierta, un auténtico portento vocal que demostró sobradamente sus habilidades en el disco en directo que nos dejaron en el 2009.
Un fuerte torrente de emociones me invade cuando ese primer trallazo llamado C'est La Vie irrumpe cual afilados cuchillos en mis oídos, plagado de cambios de ritmos imposibles, escalas sin límites y una paleta de registros que deja claro que Rody está en plena forma, el entrante es para quedarse sin aliento. Con una notoria mayor fijación en su faceta progresiva hace entrada el enorme Hair-Trigger que nos da paso a uno de los temas que más se apoya en los riffs metaleros de nombre Tandem ofreciéndosos su mayores exponentes en una primera fase del disco que destaca por su fuerza desatada. Moonlight es su tema más rockero iluminado por unas veloces melodías que penetran en tu mente sin piedad y unos ritmos que beben del hard rock clásico variando y destruyendo estructuras con su innato virtuosismo. Y llegamos al meridiano con Tapestry optando esta vez por una vertiente que nos remite en parte al math-metal con muchos puntos dulcificados.
A partir de la sexta Dunsel da la sensación que la banda ahonda cada vez más en su vena progresiva desgranando algunos de los temas más complejos y creativos que han facturado nunca. Auténticas obras de orfebrería como la siguiente The Reign Of Unending Terror o la oscurísima Tongue Splitter son una buena muestra de ello. Esta impresionante bacanal de ritmos frenopáticos y melodías a velocidades de vértigo cierra con la magistral Sex Tapes, un tema que pudiendo haber cerrado el disco de una manera algo más calmada y diferente sigue fiel al nivelazo auto-impuesto durante el disco y nos vuelve a dejar boquiabiertos con la impoluta técnica que gastan estos canadienses llamados a ser los nuevos reyes indiscutibles del progresivo más extremo. Un jodido 10 de disco.
estoy de acuerdo,esta gente es increiblemente buena
ResponderEliminarSon la bomba! gracias por el discazo!
ResponderEliminarSe dice gutural, no gurutal .
ResponderEliminarSon unos capos, en verdad me encanta su música <3
ResponderEliminar