Siguen lloviendo los discazos!!! Mike Skinner saltó a la palestra a principios de la década pasada demostrando sus agraciadas dotes al micro y a las bases con ese clásico de nuestros días llamado Original Pirate Material con el que medio mundo quedó prendado de sus accesibles y orinales ritmos y su peculiar acento cockney que ponía al rap inglés de nuevo en el mapa abriendo el camino para gente como Wiley, Sway, o al también exitoso Dizzee Rascal. Una nueva manera de hacer rap había nacido y se bautizó como grime, algo que hacía años que se cocinaba en los clubs londinenses y al que el underground se le quedó pequeño cuando estrellas como Mike Skinner empezaron a mostrar su talento al mundo.
Después del triunfo que supuso su primer álbum su éxito se estancó y viendo que sus discos posteriores poco o nada tenían que ver con la frescura y la vitalidad mostrada en sus inicios muchos se apearon del carro. Esperando de él que fuera la next-big-thing de Inglaterra y despreciando discos tan enormes y reflexivos como su posterior A Grand Don't Come From Free, un discazo de rap enorme que tuvo la mala suerte de ser la total contraposición a lo que mucha gente esperaba de él, fue labrándose una de las carreras más sólidas e impecables a fuerza reciclarse en cada disco con una nueva versión de si mismo, cada vez más reposado, cada más sabio, cada vez más meticuloso, cada vez mejor...
Como una hormiguita sacando disco obligado cada dos años, éste se compuso hace casi un año pero no ha podido ver la luz hasta ahora por diversos problemas, hoy nos toca hablar del quinto disco de estudio de The Streets, Computers And Blues. Cogiendo como referencia la portada del disco que nos remite directamente a la foto del edificio de su primer álbum pero tomada desde mucho más cerca y en otro edificio podríamos hacer una comparación bastante cercana a lo que se ha convertido hoy en día la música del Sr. Skinner. Acercándonos cada vez más a su personal universo cotidiano hoy en día Mike Skinner no lo ve todo tan grande sino como algo mucho más íntimo y cercano que está dispuesto a compartir solamente con los que realmente sepan apreciar su valía. Con una marcada línea agradable y dulcemente acompañado por todo un plantel de colaboradoras fememinas que quitan el hipo con sus aterciopeladas voces su sonido bascula entre la candidez imberbe del pop más chicloso y las sintéticas bases que decoran los fondos con destartalados samplers electrónicos y aires espaciales consiguiendo un efecto casi alucinógeno y puramente orgásmico para mis oídos.
Dos cosas más os voy a decir, la primera es que no os vayáis a pensar que en directo este hombre no la lía por que sus discos son cada vez más relajados, puedo dar fe de ello que en directo monta un festival de proporciones épicas, yo lo vi hace un par de años y lo recuerdo como una de las mejores fiestas a las que he asistido. Y la segunda es que desde hace un par de semanas tengo una cuenta de Spoty Premium (por 9.95 al mes tengo acceso inmediato a una biblioteca musical virtual inagotable) y desde entonces ya he podido escuchar dos discos antes de que saliera su edición física y sin que tan siquiera se hubieran filtrado todavía, uno fue el de ayer de Eric Fuentes y el otro el que os acabo de comentar ahora mismo. GRACIAS SPOTIFY!!!
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