Me embarga la emoción, se me nubla la razón, ya lo tenemos aquí, ya se ha filtrado. El Dead End Kings de los suecos Katatonia era mi disco más esperado del año, con diferencia, y llevo todo el día degustándolo y enamorándome de él hasta las trancas. Este disco no podía llegar en un momento más necesario para mi, muerte y vida es lo que ahora mismo me rodea, y este Dead End Kings representa exactamente eso, muerte y vida a través de la música. Así de importante, clave y decisiva es para mi la música de los Katatonia.
A la sombra de un disco que en el 2009 fue llamado a conevertirse en uno de los mejores de su año, y considerado por muchos, entre los que me incluyo, como su mejor obra hasta la fecha, las diferencias de este Dead End Kings con su hermano mayo,r Night Is The New Day, son tan concretas como sutíles. Empezamos por la atmósfera, en este caso más oxigenada, más variada, centrándose como siempre en la parte oscura y meláncolica del alma humana, pero dotando a las canciones de una mayor enditidad individual, consiguen arrojar más sobre los temas.
Es precisamente por eso que el disco suena menos compacto, menos monotemático por decirlo de alguna manera, sus composiciones juegan con más variables e influencias externas. Vuelven a las estructuras de sus discos anteriores pero con lo aprendido en el Night Is The New Day y eso se nota, y mucho. Su grandilocuencia y solemnidad hacen del disco otro innegable ganador del año además de contarse entre lo mejor del combo sueco.
De nuevo la imponente y perfecta producción corre a cargo de Jonas y Anders, únicos componentes originales de la banda que quedan a día de hoy, quienes han conseguido a lo largo de los años un sello de calidad tan alto para sus obras, que sería un craso error dejarle esa tarea a alguien externo a la banda. Esto es un jodido 13 sobre 10, no digo más.
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