Por fin, ya lo tenemos entre nosotros, ya podemos deleitarnos y disfrutar sin medida de la impasible y original oscuridad por la que transitan mis predilectos, mis favoritos, mis incomparables e insuperables Nachtmystium. Con un single a principios de año que marcaba el punto de partida de este enorme Silencing Machine, una pena que no hayan incluido el As Made o la versión de Joy Divison en su nuevo artefacto, ha llegado el momento de disfrutar de combo de Illinois en su máxima expresión.
Considerados por algunos como visionarios y reescritores del llamado black metal, entre los que me incluyo y, por otros, como unos modernitos enchufados de ego hasta las trancas que poco o nada tienen que ver con el estilo nombrado, es indiscutible lo importantes y destacables que son sus dos discos anteriores. Las dos partes del Black Meddle son dos discos que combinaban de manera magistral, el black con la psicodelia y el progresivo, los ambientes malsanos y los más luminosos, y una personalidad tan única como difícil de asimilar.
Entiendo que hubiera muchos de sus primeros seguidores, sus dos primeros discos son raw black metal del de toda la vida, acabaran apeándose de tal bestia mutante por falta de interés, pero, bajo mi punto de vista, fue a partir de su tercer disco, el ya clásico Instint: Decay, que la cosa empezó a coger forma de verdad, una forma propia e incomparable que dio lugar a esas dos obras maestras llamadas Addicts y Assassins, de eso no hay duda.
Silencing Machine es un disco que vuelve a incidir sobre lo ya mostrado en el Instinct: Decay. De manera más directa que en sus anteriores entregas y sin comtemplaciones, vuelven a sus formas más clásicas, con algunas trazas de teclados, con algunas opresivas atmósferas y con unas estructuras que bien podrían ser rockeras, pero siempre con el black metal como protagonista indiscutible.
Era de esperar ya que, si no obviamos el por que de aquellos dos discos llamados Addicts y Assassins inspirados en el Meddle de Pink Floyd del que ya no hay más que rascar, cabía la posibilidad de que los Nachtmystium volvieran a la línea estilística marcada por el Instinct: Decay y así ha sido. Para mi, una maravilla y uno de lo mejores discos del año de eso no hay duda alguna.
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