La verdad que la noche no pudo empezar peor, vayamos por partes. Tanto en la entrada como en la web de la sala (lugar al que acudí 5 minutos antes de salir de casa) estaba señalada la hora del comienzo del concierto de los Murder By Death a las 21.30, pues bien, al llegar a la puerta de la Sidecar me encuentro con un cartel bien bonito que pone que el concierto empieza a las 22.30 y mientras tanto los susodichos (Adam Turla y compañía) cenaban relajadamente en una terraza de la Plaza Real, no me pareció demasiado correcto, pero supongo que sus razones tendrían para retrasar el concierto, o por lo menos eso quiero pensar.
Poco a poco los cuatro fueron entrando a la sala individualmente, hasta que al final se quedó solo en la mesa Matt Armstron (bajista) al que se le veía repitiendo ritmos en su cabeza y jugueteando con una moneda entre sus dedos al más puro estilo western. Sobre las 22.15 nos empezaron a dejar entrar a la sala dónde, para sorpresa de muchos, nos encontramos con una amable Adam presidiendo el stand del merchandise y siempre dispuesto a hacerse una foto, firmar un disco o simplemente tener un breve intercambio de palabras con cualquiera que se acercara a interesarse por su material.
Después de tres cuartos de hora más de espera, durante los que tengo que admitir que mi paciencia empezaba a agotarse, sobre las 23.00 de la noche salían al escenario los de Bloomington para comprobar finalmente que la voz de Adam estaba muy por debajo en comparación con el resto de instrumentos y por consiguiente era bastante difícil apreciar ese tono crooner tan característico que podemos oír en sus discos, una verdadera pena.
A parte de los por-menores que ya he comentado tengo que admitir que la banda estuvo pletórica, la sección rítmica sudaba tinta clavando los ritmos a base de pura contundencia y emoción y la preciosa Sarah y su melodioso chelo enchufado fueron una de las sensaciones de la noche. Adam estuvo a la altura de la banda acariciando su guiatarra para sacarle esas quejosas y turbias melodías con sabor a bourbon y tabaco de mascar que tan bien ejecutan sus agraciadas manos, pero como ya he comentado antes el tema vocal dejó mucho que desear en cuanto a volumen se refiere.
El set-list también fue impecable, repasaron sobretodo sus tres últimos discos acudiendo en numerosas ocasiones a su anterior Red Of Tooth And Claw y a su último Good Morning McPie con un total de 20 temas, si no recuerdo mal. Abrieron con '52 Ford y cerraron con Fuego!, pero durante la hora y veinte más o menos que estuvieron sobre el diminuto escenario de la Sidecar sonaron temazos tan emblemáticos como The Devil In México, Ball And Chain, As Long As There Is..., Shiola, Comin' Home, Ash o White Noise.
Una noche que se preveía mágica acabó empañada por un sonido bastante flojo y una espera excesiva, no siempre sale todo a pedir de boca como podéis comprobar pero me quedo bastante tranquilo sabiendo que en Madrid la cosa salió bastante mejor, dato que conozco por qué un blogero que estuvo allí me comentó que fue impresionante.
Concierto: Murder By Death
Una pena que en Madrid coincidiera con el bolo de Toundra y (lo:mueso). Ya me gustaria haberlos visto!
ResponderEliminarBuenas!
ResponderEliminaryo tb estuve en el Sidecar, i sí, vaya palo tener que esperar tanto tiempo.
No quisiera equivocarme pero me da la sensación de que fue cosa de la sala, quizás retrasar el concierto para que se llenara un poco más.
coincido contigo que el sonido debería ser mejor, pero el Sidecar es lo que tiene, incluso sonó bien. Pena que el cello quedava un poco tapado.
nada, simplemente cometarte ésto. q por cierto, el grupo lo conozco por tu blog.
gracias!
Pues estabamos igual, también fui solo ya que nadie se animó... a ver a la siguiente si nos vemos las caras.
ResponderEliminarJORDI.