viernes, 25 de mayo de 2012

SATURNA (2012) The Kingdom Of Spirit




Otra de mis bandas favoritas del momento, sin lugar a dudas, son los barceloneses Saturna a los que desde ya hay que situarlos al lado de bandas tan importantes como Grand Magus o los mismísimos Graveyard. No por que se parezcan a las bandas nombradas, alguna similitud podremos encontrar eso si, sino más bien por su afán de colocar la dorada década del rock de los 70 en lo más alto del podio.


The Kingdom Of Spirit es uno de los debuts nacionales más sólidos que he oído en años. Cantado en la lengua de Shakespeare, Patrick Pezoa tiene un registro potente y melódico, a su manera, que nos remite directamente a esa década dorada donde reinaban Ian Gillian y Robert Plant por encima de todos, un registro que suena natural y nada forzado y que casa a la perfeccción con una instrumentación basada en una pasión desmedida por el riff de pegada inmediata con una clase y una calidad que podría ensombrecer algunas de las grandes obras de los citados intocables.


The Kingdom Of Spirit es una oda a los 70, pero es también una revitalización del género refrescante y actual que los define como una banda con personalidad propia, que se mira en sus ancestros para aprender pero que también traza su propio camino a fuerza de transmitir un espíritu único e intransferible, y que de alguna manera sabe como marcar la diferencia entre los cientos de bandas que se apoyan en el hard-rock de corte clásico para exponer su propuesta.


El disco ha sido editado por el bueno de Jose de Odio Sonoro, vuelvo a repetir que es uno de los mejores y más interesantes sellos nacionales de la actualidad y que está gestionado por una de esas personas que ama la música de verdad, y grabado en los Alamo Estudios del gran Wero, situados en Barcelona. Gozando de un sonido bien gordo y estudiado que le sienta a la perfección al estilo de la banda estamos ante una de los mejores discos nacionales del año, temazos como la propia Kingdom Of Spirit, la grandiosa The Hermes Stone con la que cierran el disco o la oscura Light The Candles In Thirteen son pruebas irrefutables de ello.

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