Puede que no estemos ante el mejor trabajo de estos ineludibles precursores del death metal y el viking, a cada cosa por su nombre, ni que tampoco supere a los clásicos instantáneos del género que han parido este año los Asphyx o los Black Breath, aunque probablemente eso era algo que ya suponíamos de antemano, pero esas no son razones suficiente para obviar la última plaga mortal desatada por Johnny Hedlund y los suyos. Odalheim se merece eso y más.
Con un veterano Johnny Hedlund a los mandos de su propia bestia indomable podemos decir alto y claro que, sin llegar a las cotas de calidad de sus primeras e irrepetibles obras referenciales, nos encontramos ante uno de los discos más adictivos y de mayor pegada que han facuturado los Unleashed desde sus inicios. Dejando rienda suelta a la velocidad extrema, los blast-bets infernales y una nueva vena blacker que les sienta como el aire puro de la montaña, han sido capaces de renovar y revitalizar su fórmula de una manera brutal.
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