Lenght Of Time fue una de esas bandas belgas que en la década de los 90 y saliendo de toda esa movida tan extrema que representó la H8000 en Bélgica los combos de hardcore empezaron a ampliar sus límites añadiendo todo tipo de influencias metálicas a su radicalizada fórmula de hardcore machacón y brutote floreciendo de entre lo más podrido algunas de las mejores bandas que ha dado un estilo que ha día de hoy se ha convertido en un caldo de cultivo de clones sin personalidad. Pero hubieron tiempos mejores en los que Lenght Of Time, y algunos otros, se erigían como los más originales y dementes de tan variopinta escena.
Su primera batalla la libraban en 1998 con el apocalíptico Approach To The New World para un año después dar por finalizada su primera y más satánica encarnación con el Ep Shame To This Wickness Modern World. En ambos nos encontrábamos con la cara más salvaje y desatada de unos Lenght Of Time apoyados en la imaginería satánica, los asesinos en serie y la magia negra para construir algunas de las letras más dementes y retorcidas que ha conocido la escena hardcore. Tan sólo un año después volvieron a las andadas para facturar el que fue su disco de transición titulado How Good The World Could Be... Again, dónde la influencias de L.O.T. se escuchaban pasadas por un tamiz mucho más fino y equilibrado dándole mayor importancia a los pasajes pesados y melódicos y afianzando una producción mucho más pulida y digerible.
Los múltiples proyectos paralelos de sus componentes (Christian a la batería, Vincent al bajo, Kirby a la guitarra y Rosse a las vocales) y la repercusión del metalcore en la escena internacional derivando en interminables giras por toda Europa llegó a hacernos esperar hasta 3 años para poder volver a disfrutar de la contundencia de los L.O.T. en estudio para finalmente despedirse por todo lo alto con el que fue su disco más personal y melódico llegando a costarles algunos de los fans más radicales que no entendieron su aproximación a patrones más cercanos al rock que al metal. Al parecer esos años de giras y proyectos paralelos les valió para cultivarse más como músicos y sacar a relucir sus debilidades musicales más personales que acabaron plasmadas en unas canciones que respiran mala baba por los cuatro costados y que sin separarse en ningún momento de ese halo oscuro y siniestro en el que tan bien se manejan consiguen darle una muy acertada vuelta de tuerca a su sonido. Influencias claras como las de Life of Agony o Alice In Chains se palpan en el ambiente ayudadas por un registro en el que Rosse aparta por momentos sus desgarradores y guturales gritos para poner en su lugar unas voces que nos remiten directamente a la época dorada del grunge con sus depresivamente melódicas voces.
Un clásico incomprendido a la altura de una discografía impecable y que espero que con la perspectiva que da el tiempo se pueda apreciar un poco más ese gran paso final que dieron los Lenght Of Time en su afán por no escasillarse y desmarcarse de un sonido que ya empezaba a mostrar rasgos de cansancio y clonación extrema. Y nos despedimos con la buena noticia del regreso de estos mastodontes al estudio de grabación del que ya nos dejaron un pequeño adelanto el pasado año, entre esto y que los Strife se han reunido y estarán de gira por Chile en Febrero estoy reviviendo mi faceta más metalcorera, je je je.
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