Y para amansar un poco a las fieras y demostrar que este 2011 se presenta tan positivo como el disco que tenemos entre manos hoy vengo con lo último de los Decemberists, un disco perfecto para inaugurar la larga lista de discazos que nos dejará este joven 2011. Banda de folk-indie americana que sabedores de las delicias de los sonidos añejos y con una edad que mira con añoranza a la adolescencia han madurado sus licores y se han conseguido desmarcar totalemente de la escena indie que los vió nacer para adentrarse peligrosamente en los terrenos inalcanzables de mastodontes como los Black Crowes, Tom Petty and The Heartbreakers o Neil Young, y no me he vuelto loco señores, estoy seguro que por este camino los de Colin Meloy podrían llegar al status de leyenda con los años.
Delicadamente ejecutado e irradiado con el sol y la esencia de las tierras americanas el disco suena sólido como una roca y dulce como la miel. Las aportaciones musicales que hacen con instrumentos típicos del folklore como el acordeón o la harmónica le dan un aire aún más auténtico a los temas acompañados en todo momento de la impresionante voz de un Colin absolutamente sembrado durante todo el disco tocando el cielo en los registros más emotivos y recordando a los grandes clásicos en los momentos más country.
Divertido, optimista, luminoso, agradable, bonito, energético, suave o dulce son algunos de los adjetivos que se le pueden colgar sin problemas al sexto disco de estudio de los Decemberists, pero sobretodo lo que más se nota en esta irrepetible grabación es el amor por sus raices que impregna la banda a las canciones, un viaje por la america más típica y de postal.
Delicadamente ejecutado e irradiado con el sol y la esencia de las tierras americanas el disco suena sólido como una roca y dulce como la miel. Las aportaciones musicales que hacen con instrumentos típicos del folklore como el acordeón o la harmónica le dan un aire aún más auténtico a los temas acompañados en todo momento de la impresionante voz de un Colin absolutamente sembrado durante todo el disco tocando el cielo en los registros más emotivos y recordando a los grandes clásicos en los momentos más country.
Divertido, optimista, luminoso, agradable, bonito, energético, suave o dulce son algunos de los adjetivos que se le pueden colgar sin problemas al sexto disco de estudio de los Decemberists, pero sobretodo lo que más se nota en esta irrepetible grabación es el amor por sus raices que impregna la banda a las canciones, un viaje por la america más típica y de postal.
nunca me he atrevido con estos tipos aunque he leido grandes criticas. me adentraré en su mundo como hice el pasado como con band of horses. un saludete!
ResponderEliminarEl mejor disco de la banda hasta el momento, el mas folki,me encanta!!! y eso que solo he podido escuchar hasta el 6ª tema...GRACIAS!!!!
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